Tarta de Almendra
No hay tarta que más me gustase para el bollo de ramos que ésta y es muy fácil de hacer. El único inconveniente es el hojaldre pero como se encuentra hecho congelado, no hay problema.
Ingredientes para la pasta:
- un paquete de hojaldre preparado congelado
Ingredientes para el relleno:
- 250 gramos de almendra molida
- 250 gramos de azúcar
- 6 huevos
- ralladura de limón
Para mojar:
- un vaso de agua
- azúcar
- medio vaso de licor
Para decorar:
- Dos claras de huevo
- 5 cucharadas grandes de azúcar
- cerezas confitadas
- mermelada de membrillo
Se ha de proceder a hacer una base con el hojaldre y para ello se ha de sacar mínimo una hora antes del congelador -mejor no meter en el micro a descongelar, no pregunten por qué pasó que es muy escatológico-. Se enharina la mesa y el rodillo de amasar y se extiende para colocar en un molde, de preferencia desmontable, que ha de ser lo más grande posible porque este tipo de tartas han de ser bajas. Se ha de colocar de tal manera que quede un reborde que contenga el relleno. ¡¡OJO con no sobar demasiado la pasta que luego no sube como tiene que subir!!
Para el relleno se han de separar las claras de las yemas. En este momento se puede separar también las de los dos huevos para la decoración y añadir sus yemas a las seis del relleno, pero reservando las dos claras para luego.
Se ponen a punto de nieve las seis claras del relleno, añadiendo unas gotitas de vinagre para que suban antes. Cuando al subir la cuchara o la batidora, no se caiga lo que quede pegado, estará bien montado. A continuación y sin dejar de batir, se añaden las 8 yemas y luego el azúcar y la almendra molida. Cuando esté bien mezclado, se echa en la base que tengamos preparada y se mete al horno a unos 150 grados por arriba y por abajo.
En cuanto comience a dorarse, debemos de taparla para que no se queme, ya que la almendra tiende a hacerse antes que el hojaldre. Para ellos nos sirve un trozo de papel albal o similar. Una vez tapada, se ha de poner el horno a 200 grados y en unos 40 minutos -vigilando que no se queme- debería de estar bien hecha, aunque la prueba del cuchillo siempre funciona: si sale limpio al pincharla, es que ya está.
Se saca del horno -en la imagen de arriba- y se desmolda. Se debe dejar enfriar para proceder a terminarla, pero en este momento y con ayuda de una fuente o un plato grande, lo mejor es darla la vuelta para ver si el hojaldre de la base está bien hecho. Si no lo está, la solución es sencilla: meter la tarta boca abajo a gratinar con el ojo puesto que hay riesgo de quema. Cuando esté tostadita, se saca y se da la vuelta, colocándola en la bandeja donde vayamos a presentarla.
Mientras enfría, se puede preparar el almíbar para mojarla. Si no se hiciera esto, quedaría como una galleta y -si se nos fue la mano con el horno- dura como una piedra.
El almíbar se hace colocando en un cazo a hervir el agua y el licor -al gusto, estas llevan JB que es lo que no se usa del mueble-bar-, y azúcar, como un vaso o así. Cuando esté bien disuelta, ya se puede utilizar y la mejor manera de mojarla es pinchando la tarta: con un cuchillo se notarán mucho los pinchazos, pero con un palillo de pincho moruno quedarán perfectos. Esto ayudará a que penetre bien el líquido. Se ha de procurar mojarla bien por los bordes que es lo que siempre suele quedar seco -al llevar la pasta, que el relleno empapa mejor-.
Lo siguiente, con la tarta fría, es preparar la decoración: merengue. Se levantan las dos claras que reservamos al igual que se hizo con las otras seis y cuando estén bien subidas, se añade el azúcar y se sigue batiendo. Se unta con la mermelada de membrillo y luego con ayuda de una manga pastelera se decora todo el rededor y por último se remata con las cerezas confitadas.
Y eso es todo:
Consejos:
- Al día siguiente, de la nevera, está mejor que recién hecha.
- Si se utiliza una bandeja de cartón de esas tan chulas que venden con su puntilla de papel, lo recomendable es forrar la bandeja de papel albal porque si no, el almíbar la humedecerá y corremos el riesgo de armar una pifia muy gorda.
- Cuando mayor sea la fuente, mejor. Mis moldes son los típicos tres desmontables que se venden juntos y con estos ingredientes da para hacer dos a la vez, el mayor y el pequeño, si tenemos en cuenta que tiene que levantar dos dedos como mucho.
Etiquetas: apaños, artes culinarias, gastronomía
4 Comments:
!!!Qué buena!! te ha quedado preciosa, me imagino que el sabor una delicia,!! hija que asco eres!! haces de todo y todo bien, por dios, que chica, y encima se queja de los 30 años, ¿entonces yo que en agosto cumpliré 54? anda no te quejes que eres un portento,vive feliz, lo mereces mil besos repostera-pintora-escritora-traductora-políglota-restauradora y..............ya no me acuerdo cúantas cosas más haces, mil besos.
Jajajajaja gracias Cheche :-D
que pinta!!!! habra que probarla...
Lolita, pruébala pero déjala por lo menos un día en la nevera -si es que puedes ;-)
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