Hay que ver cómo cambian los proyectos singulares
A mi, como ciudadana que soy de esta república bananera, cada día me acojonan más las mutaciones acontecidas en los proyectos singulares enfocados a los terrenos de este concejo.
Parece ser que al igual que de camisa, políticos, jefazos y otros cargos similares poseen gomas de borrar y lápices capaces de cambiar totalmente lo que previamente han escrito en los papeles que una y otra vez airean en público cada vez que la cosa les conviene.
El motivo de mi cabreo ciudadano: los terrenos de Modesta.
Manda cojones que cuando quien manipulaba los terrenos era el antiguo urbanista del ayuntamiento -ahora venido a más en el principado-, el proyecto singular era un campo de golf, de esos que prometen mil y un empleos de servicio. Ahora, que las tornas han cambiado -o más bien el culo que ocupa el asiento- se ha cambiado el enfoque y los empleos son lo que premia -o eso es lo que quieren hacernos creer-, así que vamos a enclavar un polígono industrial. ¡Pero qué idea tan cojonuda! Viva las leyes del suelo, los protocolos de Kioto, las puñeteras especulaciones inmobiliarias y el despotismo desilustrado, porque de ilustrado tienen poco estas cabezas.
Aunque no sé de qué me extraño si la maniobra ya fue repetida con el asentamiento de Alas Aluminun a menos de 100 metros de casco urbano, aunque claro, como el casco urbano era Ciaño -léase un distrito de segunda de en los que no se reparten los librillos de buenas prácticas ciudadanas y que se tiene por Pueblo Ejemplar- pues hacemos de nuestra capa un sallo y que se jodan los vecinos. Si fuera el centro de Sama o La Felguera, otro gallo cantaría. Pero no nos asustemos, no será peor que cuando los filtros de la química no filtran y nos dopamos gratis con esas humaredas amarillas...
A pesar de ser un lugar ideal para la ubicación de un manoseado proyecto de hospital de parapléjicos que ni en la presidencia gubernamental del país se quiere y que se ubicará en un terreno más acorde y menos futurible -de pretendidas posibilidades futuras venidas a menos y precio más bajo y menos especulable para la construcción de vivienda-, no lo llegará a albergar nunca porque lo más cierto puede ser que ni este polígono industrial sea en lo que paren estos terrenos golosos, ubicados en pleno centro urbano al lado de la capital...
Ya me pregunté una vez por qué primaba la creación de empleo para el asentamiento de población ante la calidad de vida, cuando por mucho empleo que generes, si las condiciones de vida en el entorno son malas, nunca se dará ni la fijación de población ni la calidad de vida.
Vergüenza me da vivir aquí y me dan estos gobernantes elegidos por el pueblo, aunque otros peores llegaron también al poder gracias a unas elecciones.
Parece ser que al igual que de camisa, políticos, jefazos y otros cargos similares poseen gomas de borrar y lápices capaces de cambiar totalmente lo que previamente han escrito en los papeles que una y otra vez airean en público cada vez que la cosa les conviene.
El motivo de mi cabreo ciudadano: los terrenos de Modesta.
Manda cojones que cuando quien manipulaba los terrenos era el antiguo urbanista del ayuntamiento -ahora venido a más en el principado-, el proyecto singular era un campo de golf, de esos que prometen mil y un empleos de servicio. Ahora, que las tornas han cambiado -o más bien el culo que ocupa el asiento- se ha cambiado el enfoque y los empleos son lo que premia -o eso es lo que quieren hacernos creer-, así que vamos a enclavar un polígono industrial. ¡Pero qué idea tan cojonuda! Viva las leyes del suelo, los protocolos de Kioto, las puñeteras especulaciones inmobiliarias y el despotismo desilustrado, porque de ilustrado tienen poco estas cabezas.
Aunque no sé de qué me extraño si la maniobra ya fue repetida con el asentamiento de Alas Aluminun a menos de 100 metros de casco urbano, aunque claro, como el casco urbano era Ciaño -léase un distrito de segunda de en los que no se reparten los librillos de buenas prácticas ciudadanas y que se tiene por Pueblo Ejemplar- pues hacemos de nuestra capa un sallo y que se jodan los vecinos. Si fuera el centro de Sama o La Felguera, otro gallo cantaría. Pero no nos asustemos, no será peor que cuando los filtros de la química no filtran y nos dopamos gratis con esas humaredas amarillas...
A pesar de ser un lugar ideal para la ubicación de un manoseado proyecto de hospital de parapléjicos que ni en la presidencia gubernamental del país se quiere y que se ubicará en un terreno más acorde y menos futurible -de pretendidas posibilidades futuras venidas a menos y precio más bajo y menos especulable para la construcción de vivienda-, no lo llegará a albergar nunca porque lo más cierto puede ser que ni este polígono industrial sea en lo que paren estos terrenos golosos, ubicados en pleno centro urbano al lado de la capital...
Ya me pregunté una vez por qué primaba la creación de empleo para el asentamiento de población ante la calidad de vida, cuando por mucho empleo que generes, si las condiciones de vida en el entorno son malas, nunca se dará ni la fijación de población ni la calidad de vida.
Vergüenza me da vivir aquí y me dan estos gobernantes elegidos por el pueblo, aunque otros peores llegaron también al poder gracias a unas elecciones.
Etiquetas: república bananera
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