Sensaciones de cansancio

Estoy cansada.

Puede ser esa cosa llamada astenia primaveral, algún tipo de carencia vitamínica o simplemente un periodo de esos de bajón anímico. A saber.

He experimentado varios tipos de cansancio en el tiempo de vida que llevo a mis espaldas y he llegado a la conclusión de que se puede hacer diferencias. Por un lado está el cansancio físico y por otro está el cansancio mental.

El primero es plenamente reconocible: te duele todo, no tienes ganas más que de buscar una sensación de confortabilidad y a veces se soluciona con el simple descanso. Normalmente sobreviene después de una actividad física que conlleve un esfuerzo relativo y en ocasiones llega a tal extremo que es difícil descansar del enorme cansancio que se arrastra y ni siquiera el reparador sueño llega cuando se busca: demasiado cansancio incluso para poder dormir.

Al otro lado está el otro cansancio. El cansancio difícil de reparar, el que afecta a la mente.
Llega un punto en el que el ejercicio mental o simplemente las vueltas que se les dan a las cosas dentro de la cabeza, son tales, que la mejor manera de definir la situación sería el término de buffer overfloow que a veces aparece en los mensajes de malfunción de los sistemas operativos, o lo que es lo mismo: hay tal cantidad de cosas que es imposible procesarlas y la cosa se va íntegramente a tomar vientos.
Es fácilmente reconocible: metes la ropa en el cubo de la basura en lugar del de la ropa, colocas el rollo de papel en el sitio de la botella de aceite, metes limpiadores en la nevera, le dices al gato que abra la puerta cuando el timbre suena, intentas recordar dónde están las gafas que llevas puestas... y el más nimio de los detalles te parece una montaña inescalable que parece que se te va a venir encima.

Estoy muy cansada.

Creo que voy a pasar a por vitaminas o similar, a ver si la cosa mejora.

La pesadilla, Heinrich Füssli