lunes, 2 de noviembre de 2020
sábado, 18 de julio de 2020
Fernweh
Warum?
Keine Ahnung.
Nur kann ich sagen, dass das der schlechsteste Schmerz ist, den ich nie gefühl habe.
Es ist das Nichts, wie ein Loch im Herz, was ich nicht auf meinen eigenen Sprache übergehen kann.
Heute fühle ich wieder Wolken über den Kopf.
Etiquetas: días extraños, exorcismos
domingo, 3 de noviembre de 2019
¡¡Pensad Malditos!!
¿Cuál es la verdadera razón por la que se dedica usted a la política?
Puede parecer una estupidez pero, si se contestase de acuerdo a los principios de la persona, nos dejaría muy claro las intenciones de cada uno y podríamos vislumbrar un poquito del futuro que se nos viene encima y que vamos a elegir.
No hay lugar a dudas de que la respuesta de un verdadero político es dedicar su vida y su quehacer a la causa pública -"Res Publica, que nada tiene que ver con el significado de República"-.
Cada vez que hay elecciones me surge el mismo debate mental, al ver cómo los candidatos de distintos frentes se insultan y calumnian. Pero, estas personas no se dan cuenta de que si tratan así a otra persona que intenta, supuestamente, lo mismo que ellos, ¿cómo van a tratar al pueblo?
Debemos elegir. Ese es el fin de las elecciones. ¿Pero a quién vas a elegir si todos son la misma morralla?
Llega la fecha y nos golpeamos el pecho, somos los más españoles, ondean las banderas en las ventanas, ¿pero qué hay detrás de todo eso? ¿Por qué cuelgas tu bandera, sea la que sea?
¿Quieres demostrar que crees en tu país? ¿O quizás que eres más español que los que te rodean?
Esta mañana he visto un vídeo de campaña de uno de los partidos y se me ha revuelto el estómago: se usa el miedo y la mentira incitando al ciudadano a un odio confuso.
Nadie se da cuenta de la manipulación a la que se somete al votante, que se ha instalado en un estado de comodidad, de dámelo todo hecho.
Pero por dios, el que sea, pensad. Pensad malditos, que el odio debería de enfocarse contra quien manipula la información, contra quien saquea las arcas públicas, contra quien se asegura un futuro presuntamente brillante vendiendo al estado -y con él al ciudadano-, desmantelándolo y llevándolo a la ruina.
No se trata del emigrante que llega. Cada país tiene una historia que está forjada por los movimientos migratorios, pero se nos olvida, se nos hace olvidar, que esto es así. Todos fuimos, somos o seremos emigrantes que buscan fuera lo que su propio país no nos da, ya sea estabilidad, protección, trabajo, educación...
No se trata azuzar a la opinión pública contra delitos y crímenes llevados a cabo por migrantes. Hijos de puta los hay en todos los países. Se trata de que fallan las leyes que dejan impunes los crímenes -sean quienes sean los criminales-, de que fallan los políticos que deberían de regular esas leyes y que no lo hacen.
No se trata de romper el país con los independentismos, si no de reconocer identidades culturales dentro de un mismo estado, existencia que no se puede negar, de igual modo que existen las variaciones linguísticas de un lugar a otro, todas ellas dentro del mismo castellano.
No se trata de cubrir con velos de ignorancia lo que de verdad debería de hacer moverse a la conciencia ciudadana: no son esas situaciones, si no esos que nos gobiernan o quieren gobernar, los causantes del saqueo del país, de su hundimiento en la ignorancia, de su empobrecimiento.
No es comunismo, es lógica el hecho de pensar que si las eléctricas hunden la economía doméstica, la nacionalización sería un bien común. Que si los políticos no sirven al pueblo, no deberían de estar ahí y mucho menos seguir cobrando por un trabajo que no siguen realizando tras cesar en sus puestos.
No es llenarse la boca con la palabra "país", cuando te giras para escupir los restos del bocado al acabar el discurso porque lo que realmente te interesa eres tú, tu bolsillo, tu futuro en un trono ficticio por el que vendiste a tu pueblo y traicionaste su confianza.
No se trata de pertenecer a una fascia o a la otra, ser un rebaño más que vota en grupo aunque se sepa que lo que se está proponiendo, es algo beneficioso para las personas responsables de que calienten sus asientos en congresos y parlamentos.
Por eso, pensad malditos. Usad la cabeza y dejad de ser un pueblo abotargado, conformado con la misma mierda, condenado a repetir unas elecciones porque los presuntos "políticos" no se ponen de acuerdo.
Pensad, Malditos, y actuad en consecuencia a vuestros pensamientos.
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martes, 5 de junio de 2012
Sheldon
Todo se soluciona por si mismo y lo que ahora es un caos total, acabará por solucionarse por su propio peso.
Eso es lo que se llama una "Crisis Sheldon".
Lo gracioso es que el mundo se compone de montones de crisis sheldom: hay una gordísima instaurada a nivel mundial, las hay medianas a nivel nacional y las hay pequeñitas a nivel personal, y en relación con su tamaño de extensión, esta su tiempo de resolución.
Lo más gracioso es que la rapidez con la que las crisis personales hacen suceder altos y bajos van a acabar haciéndome aprender a hacer surf.
En fin, que "no excuses".
Etiquetas: días extraños
martes, 1 de mayo de 2012
El retorno de Saturno
Da miedo.
No porque se puedan decir muchas tonterías si no porque es un reflejo de un estado mental: la vuelta de la melancolía.
No están los tiempos para melancolías, es verdad, pero hay momentos en que al pasar del "que bonito es todo" al "no me apetece salir de casa porque dentro de la cabeza tengo todo lo que necesito", es problemático.
Por un lado resulta curioso y no me queda ninguna duda desde que leí aquel libro, de que esto de la depresión no es cosa de ahora, que lo hubo siempre.
No es que me considere "artista", es más, hay días que ni siquiera me considero, pero veo una cierta relación entre los periodos de "no puedo con mi vida" y la creatividad, o las ganas de hacer cosas.
A más hecho polvo se encuentra uno, más cosas le pasan por la cabeza.
Unos lo enfocan en querer tirarse por la ventana y a otros... les apetece escribir.
Soy plenamente consciente de estos extraños momentos y de su eliminación con el tratamiento a base de antidepresivos que hace tiempo que me quitaron. Saturno ha vuelto, no cabe duda.
Lo gracioso es que los echaba de menos: el mundo perfecto y la sonrisa perpetua de oreja a oreja son poco productivos. Aunque la verdad, levantarte con el pulso subido de no haber dormido en media noche por exceso de actividad mental y tener tantas ganas de hacer tanto que no haces nada porque eres incapaz de centrarte... no sé si será bueno.
Por lo pronto es medianamente productivo pues hacía tiempo que no escribía ninguna parrafada larga en este infierno. Tengo un montón de ideas.
A ver si consigo tranquilizar un poco al "devorador de hijos" y puedo llevarlas a la práctica.
Estoy cansada, otra vez.
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miércoles, 28 de diciembre de 2011
Yayoflautas del mañana mañana
Si los gafapastas de hace unos años eran los que te decían lo bueno que era aquel escritor o pintor y que si no lo entendías eras un inculto, hoy en día resulta que lo son esos ciudadanos anónimos que se juntan en las plazas de las ciudades más importantes del país y dictan normas de organización y soluciones a los problemas comunes.
Lo más gracioso de todo es que me recuerdan mi primer día de facultad cuando "un artista" subido a la parte superior de una escalera arengaba a las masas al ritmo marcado por el estribillo "camaradas"... Patético.
Hace unos meses tuve una conversación con un pensante discordante cuyas palabras son pronunciadas muy bajito y a solas por miedo a perder su puesto en la administración y el resumen de las mismas era que "ya era hora que surgiera un revulsivo social". Esto fue a unas semanas de pasar la primera noche en la plaza del ayuntamiento a solas. Después se montó un campamento, se pusieron pancartitas y... na de na.
De aquella conversación recuerdo el haber dicho algo así como "esto, como si nada"... y mira tú por dónde.
Y es que todo esto fue un mucho hablar y "pop", como suena una burbuja que se hincha demasiado rápido y explota dejando absolutamente nada tras de sí.
¿Y qué ha salido bueno de todo esto? Pues un montón de carnaza para la prensa, algunos días de retraso en los desahucios y... nada mas.
Menudo movimiento social de mierda.
una indignada de estar indignada.
Reverte:no me copies las columnas porfa, que aunque seamos igual de bordes, alguno tiene que ser el primero en cagarse en todo ;-)
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jueves, 28 de abril de 2011
Día interesante
Hemos avanzado con el tema "abogados" , parece que la cosa pinta bien y he terminado de bloquear este pedazo chal para una amiga:
APARCA AHÍ QUE ESTABAS TÚ PRIMERO!!!"
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sábado, 12 de febrero de 2011
Tener ranúnculos no es una enfermedad
La primera vez que los vi fue en Ikea, una cosa extrañísima porque plantas siempre tienen pero ramos de flores... Y me llamó mucho la atención porque era una especie extraña de flor entre una rosa, una dalia y vaya usted a saber. Así que se vinieron conmigo y fueron sorprendentes: además de guapas, creo recordar que el ramo duró como más de un mes y se abrieron toditos los botones que venían cerrados.
¿Será una enfermedad esto de que te gusten tanto las plantas?
No sé, pero llevo unos días en los que, pese a estar cansada "de currar", tener dolores de cervicales absurdos que me obligan a meterme el ibuprofeno en vena para aguantar la cabeza, estoy contenta.
Es más, diría que incluso soy feliz, y eso es un lujazo de los grandes :-)
Etiquetas: días extraños, postales, retazos de mi vida, trabajo
miércoles, 20 de octubre de 2010
Esos días
También se dice que uno tiene "esos días" cuando se levanta gracioso y no puede dejar de sacarle punta a todo.
Ayer mismamente tuve un día de esos y en una tienda, tras recoger un objeto presuntamente caído de una desconocida, me salió del alma un "se te ha caído un huevo" al ver que lo que había recogido era el paquete interior de un huevo kinder. Al menos la chica se rió, yo me reí y "alguien" que estaba conmigo me miró raro y luego se partió de risa...
Luego hay días extraños, de esos que pasan cosas raras como meter la mano en el monedero y tener justo la calderilla que necesitas, o arrimarte a ver los horarios del cine junto a una ventanilla cerrada, con una cola en las otras ventanillas de meter miedo y que, justo cuando te arrimes, la abran y te ahorres la espera...
Hoy creo que tengo un día en el que me embarga un sentimiento de "sobrabilidad", me explico: me leí de una sentada media revista sobre la conmemoración de los 20 años de la unificación alemana, conversé dos horas seguidas y me he ganado un concurso gracias a algo que me dolió terriblemente.
Todo esto no sería nada raro - salvo lo del masoquismo concursivo- si la revista no hubiera estado completamente en alemán, las dos horas de conversación no hubieran sido en el mismo idioma, y el dolor terrible no hubiera sido producto de tejer "una bufanda".
Qué asco de persona, se podría pensar, que se regocija contando lo bien que se le dan los idiomas y la suerte que tiene, pero el motivo de contar esto no es lo que he hecho, si no lo que puedo volver a hacer: me vuelve a funcionar la cabeza lo suficiente como para poder centrarme en leer muchas páginas seguidas y lo mejor de todo es que funciona como hace unos cuantos años, bien.
Además estoy feliz con el concurso.
Es raro carecer de sentimientos felices y no se da uno cuenta de que no los tiene hasta que ha tocado fondo y todo parece horrible.
Así que hoy puedo decir que: o bien la medicación está haciendo "efectos paranormales", o tengo un día "sobrao" :-D
Voy a leer la otra mitad ;-)
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martes, 12 de octubre de 2010
Un poquito de "por favor"
Pese a ello, seguimos haciendo exactamente las mismas estupideces y falsedades que si nos estuviéramos comunicando de una forma física normal y corriente. Es más, la hipocresía es la misma pero como sólo se dejan al aire comentarios sueltos, todos somos maravillosos.
Y en días como hoy, y viendo lo que ha cambiado la red nuestras formas de comunicación, lo único que me apetece es convertirme en lo que se viene llamando un "troll" y escribir en letras bien grandes eso de:
MEJOR TE HUBIERAS ACORDADO DE ELLA
CUANDO ESTABA VIVA"
Es que hay actitudes que me sacan los dientes y no me lo lleva...
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jueves, 1 de julio de 2010
El espejo diminuto
¿Qué ves?
Te ves a ti mismo. Te resultas conocido.
¿Y lo que no ves? Porque se supone que debería de reflejar a la persona al completo pero no lo hace... no refleja cómo es realmente, si no cómo es la primera impresión que los demás ven de ella.
Hoy he salido de una entrevista de trabajo muy larga preguntándome si los currículums son una especie de reflejo de la persona, preguntándome si refleja lo que los demás ven o si simplemente proyecta un reflejo de lo que realmente se quiere que los demás vean de ella desde su propio punto de vista.
Me sigo preguntando cosas, como por ejemplo que sé de so

Supongo que lo de la perspectiva y lo de depender de cómo se miren las cosas condiciona un poco el cómo creemos que todo es. Supongo que nunca valoré las cosas que hice porque siempre me resultaron excesivamente fáciles y no les di importancia. Será que "tengo güela" y no necesito tirarme flores a mi misma o será el síndrome del impostor ese sobre el cual leí el otro día un artículo en algún sitio.
Sé que soy muy capaz de hacer lo que me proponga pero no puedo evitar las dudas respecto a la distancia que hay entre lo que yo sé que sé y puedo, y lo que quienes han de ofrecerme un trabajo ven de todo esto que no nos viene reflejado en el espejo ni en el aspecto de una primera, segunda o incluso tercera impresión.
Es complicado. Es dudoso. Es intrigante.
También me pregunto si eso que enseñan los psicólogos en los cursillos de introducción al mercado laboral y en la preparación de entrevistas de trabajo no deja de ser puro marketing para venderse a uno mismo camuflado bajo una proyección amplificada de lo que se es. ¿Es eso digno, el venderse como más de lo que se puede? A mi personalmente no me lo lleva el buche y nunca diría que haber trabajado en una biblioteca equivale a un máster en biblioteconomía...
Una vez me dijeron en una entrevista de curro, realizada desde mi propia perspectiva, con mis propios pensamientos y palabras, que me dejara de respuestas preparadas en los cursos de los psicólogos. Me quedó cara de idiota y esa afirmación me pareció absurda. ¿Cuando se hablan con sinceridad se da la impresión de estar mintiendo o es que nuestra perspectiva está bastante mal enfocada?
Son sólo pensamientos al aire.
Es simplemente un reflejo de un espejo pequeñito en el que unos se ven a sí mismos como mucho más de lo que son y otros apenas se ven.
El otro día me dijo alguien que debería de empezar a quererme un poco más a mi misma, quizás así me vería un poco más grande en mi espejo particular.
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domingo, 30 de mayo de 2010
Esti mundo nun ta pa ver
Todo ello se junta para componer el grado de desastre social en el que uno está inmerso e intenta buscar una solución.
Las cifras
Las cifras siempre fueron y serán un arma a cargo del gobernante, casi tanto como los medios de masas. Una casa puede tener un sueldo ingresando x dinero al año. La del vecino puede tener el doble porque vivió un momento de bonanza. De cara a las estadísticas, ese sueldo del vecino es el exponente de la buena marcha de la economía, mientras que los sueldos miserables de la mayor parte del mundo, no se toman en cuenta... Qué cierto aquello de que "hay verdades, mentiras y estadísticas".
Los medios de masas son lo más parecido a un generador de histeria colectiva que nunca haya conocido. Un ejemplo antiguo fue la famosa Invasión causada por radio por Orson Welles, una historia de ficción contada de tal manera que la gente se lo creyó. Aquello pasó en 1938. Más o menos igual que las noticias de las cifras españolas, sean estas de paro, de déficit o de lo que se nos pase por la cabeza y esto está pasando en el 2010.
La marcha económica
Una cosa es ser como la virgen del puño -dicho popular que viene a explicar algo del tipo de no gastar ni un duro- y otra cosa es velar por la peseta.
Si tienes 2 y gastas 1, el otro lo puedes guardar para cuando no tengas 2 y así no habrá endeudamiento.
Si tienes que gastar, realiza un leve estudio de riesgos, necesidades y prioridades y no gastes por gastar sin saber cómo vas a rentabilizar ni a reintegrar el dinero empleado.
Por otro lado está "la propina", una inyección de dinero extra que te puede sacar las castañas del fuego o que puede servir en un momento dado para generar más riqueza. No sé el resto del mundo lo que piensa pero personalmente siempre se me pasó por la cabeza -ya desde aquellas estúpidas campañas de "donación de alimentos para África" del colegio- que la mejor manera de hacer que la situación de alguien mejore, no es darle para comer un día si no enseñarle a generar su propia comida. Le puedes dar a alguien dos granos de trigo. Si se los come hoy, mañana no tendrá nada. Si los planta, mañana tendrá 20 granos de trigo. ¿Mientras que el trigo crece? Se pasa mal, sin duda, pero la situación tenderá a mejorar enormemente.
Aquí lo mismo. Un buen día llegó un montón de dinero para generar desarrollo para el día de mañana y nos lo comimos. Bueno, mejor dicho se lo comieron los que vieron el filón y al resto les dio mucho por el saco. ¿Y mañana? Mañana la situación será bastante peor que ayer porque una vez acostumbrados a llenar el estómago a dos manos, a ver quién nos dice que se acabó lo que se daba y que no tienes ni "un mísero grano de trigo"...
La burbuja inmobiliaria
Esto no es un mito, es la piedra en la que el hombre tropieza dos veces, y seguirá tropezando.
Años 40, dictadura española: arquitectos afines al régimen, no por ello idiotas, generan informes demostrando que la salida del ladrillo no es la solución a todos los males y que construir casas lo único que generará es un agujero económico que algún día se tragará todo lo que hay a su alrededor. Una casa media costaba de aquella 10.000 pesetas a lo sumo -sin contar con las típicas estafas que siempre ocurrieron y ocurrirán- y la gente acababa al cabo de x años teniendo su propia vivienda, de míseras condiciones pero es lo que había. 60 años después seguimos en las mismas con la leve diferencia de que el precio se "ha incrementado levemente", las calidades siguen siendo miserables en muchos casos y el problema de la construcción sigue presente siendo la pescadilla que se muerde la cola: albañil gana dinero a espuertas, gasta dinero a espuertas. Albañil cesa su trabajo, la economía se hunde.
¿De qué nos vale tanta documentación histórica, tanto dato -sea real o no- si vamos a repetir los mismos errores?
Las subvenciones
Si te dan dinero para mejorar algo y lo único que mejoras es la situación económica momentánea de algunos, ¿no es dinero tirado? ¿No debería de haber alguien que contemplase la marcha de ese dinero y sus progresos? Vaya que si debería...
Cada vez que oigo la palabra subvención me pongo mala ya que hoy en día no dejan de ser "tapabocas": 500 euros para comprar un ordenador, un coche, cambiarlos muebles de casa, por tener un hijo... ¿Pero qué me estás contando? Si no tengo para comprar un ordenador o cambiar los muebles, me apaño con lo que tengo, tú inviertes la pasta en cosas que realmente necesitas y no fomentas un consumismo brutal ni un falso estado de bienestar.
La presunta solución
Cada vez lo pienso más, la entrada en la Unión Europea no estuvo mal pero se nos fue demasiado de las manos y esto comenzó a verse al primer campo de vides arrancado de cuajo porque la producción era excesiva, ya no digamos del asunto de cuotas lácteas ni demás brutalidades similares. ¿Desde cuándo producir mucho es un problema o la causa para hundir a quien lo produce?
Seguramente muchos echarían las manos a la cabeza si leyeran esto y me acusarían de "fascistoide" o de cualquier otra gilipollez parecida, pero desde mi punto de vista, la parcial mejora de la economía de este país y de tantos otros en similar estado es un periodo de cierre parcial de mercados y autoproducción, lo que viene llamándose autarquía, pero eso sí, sin repetir los mismos errores del pasado.
Imaginemos por un momento que cada país genera sus propios alimentos. Esto generaría mano de obra y riqueza: la dura vuelta al campo que un estado de bienestar no quiere ver ni de lejos traería consigo muchos puestos de trabajo a la vez que ingresos para estos trabajadores.
Los excedentes siempre podrían venderse a países que no dispusieran de estos elementos, eso sí, siempre dentro de unos límites económicos aceptables y bajo férreo control que impidiese el alza de los precios.
¿Un cierre de mercados internacionales? No, absolutamente no, pero un control de lo que cada uno produce y de las condiciones en las que lo hace, así como de su movimiento sería perfecto.
La Autarquía como periodo histórico de los años pasados en este país fue un desastre por el simple y mero hecho de pensar que un país es capaz de autoabastecerse y no quedó otra que una apertura total de mercados para poder sobrevivir, no obstante, el uso de esta, llamémosle "vía de producción económica", sería la solución momentánea a este agujero en el que nos encontramos.
El problema realmente gordo
La "mácula" es sin duda la máquina burocrática: está putrefacta de la cabeza a los pies. Si quien genera las medidas, lo hace en pos de intereses propios, si ha de rascar la espalda a quien se la rasca sin tener en cuenta las repercusiones de sus actos..., si los escalafones inferiores obvian sus deberes, si nadie controla estas situaciones, todo buen funcionamiento desaparece y cualquier intento de recuperación se va con él.
Crear un "gran hermano" que velase por el buen funcionamiento del sistema sería tirar piedras contra el propio tejado y coartar las libertades -sin hablar de cómo están en este momento- e intentar erradicar toda esa corrupción y pasotismo es una tarea ingente que difícilmente podrá realizarse a no ser que se acometa una reforma brutal y que lleguen unos extraterrestres del cielo que cambien la mentalidad hispánica esa del "tírame pan y llámame perro" que nos obliga a aprovecharnos de cualquier situación que sea mínimamente lucrativa, pese a quien pese.
Un ejemplo sencillo a pequeña escala
Cojamos cualquier ayuntamiento de cualquier lugar. Todos sus servicios se han visto privatizados en los últimos tiempos -esas cosas del amiguismo y que generar gastos genera números en los que se puede meter el dedo y llenar el bolso, no nos engañemos, es así-.
Si en lugar de privatizar contratas a gente, no sólo cubres un servicio si no que disminuyes las cifras de paro de tu entorno más cercano.
Jardinerías, mantenimientos varios tanto de vías públicas como de edificios podrían ser objeto de creación de escuelas como las que ya existen llevadas un poco más allá: no todo el mundo tiene por qué trabajar detrás de una mesa y no es ninguna tara social el tener un trabajo físico, aunque hoy por hoy parece que sí. Esto podría generar mucha más mano de obra aun, empezando por los profesores que enseñasen en esas escuelas y siguiendo por los alumnos que con su trabajo irían cubriendo las necesidades del mantenimiento público. Y este ejemplo sería extrapolable a otros sectores tal como el de la carne, la ropa... Esto podría suponer la caída de los grande monopolios y cadenas empresariales, aunque siempre podrían adaptarse o incluso pasar a ser parte del sector público.
Esto, controlado "limpiamente", traería consigo una nueva distribución de la riqueza que no evitaría la acumulación de capitales pero que sería capaz de renovar profundamente nuestro sistema económico y modo de vida. Lamentablemente va a ser difícil porque no interesa.
En Resumen
Después de toda esta parrafada que llevaba mucho tiempo rondándome por la cabeza -creo que ya se pasó el efecto de los antidepresivos pues vuelve a funcionar como antes-, se pueden sacar unas cuantas conclusiones, conclusiones tales que:
Las ideas de aquel Muguruza, que ideó el proyecto del Valle de los Caídos, no sólo chocaban directamente contra los ideales del régimen fascista en el que surgieron si no que preveían una situación cíclica económica e intentaban solucionarla. Lamentablemente, si nadie lo escuchó en los 40, menos lo van a hacer ahora con otro periodo de descenso económico encima.
Esto no es un alegato fascistoide, es una reflexión sobre los sucesos económicos y políticos históricos, de lo que pasó dentro de una dictadura y de lo que está pasando dentro de la democracia que la siguió.
No es un alegato comunista, aunque pueda parecerlo, casi podría acercarse más a ese pseudocomunismo chino en el que el capital privado existe en contra de todo principio pero como lógico desarrollo de esa acumulación de riqueza.
Esto es más bien un grito desesperado a cómo están las cosas, a lo podre que está el sistema, a lo que podría hacerse con buenas intenciones y un poco de sentido común.
Lamentablemente hoy en día es mejor mirar para uno mismo y dejar a los demás ahogarse en su miseria que intentar estar algunos un poco menos bien para que todos podamos estar un poco menos mal.
No soy economista, ni abogado, ni política ni nada que se le parezca, simplemente creo que puede haber una solución directa, nada sencilla y lógica al ritmo de nuestra mala economía.
Hay que ver que cosas se escriben cuando se encuentra uno a un hombre intentando contener las lágrimas en la calle por la marcha de su negocio, y por ende, del de los demás.
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domingo, 9 de mayo de 2010
Evolución lógica del pensamiento ilógico
El proceso fue simple: dos días de no aguantarse a uno mismo y encontrarse con un experimento colgado en pan de oro, acrílicos y óleo.
El resultado, un nocturno floral que presentaré a mi primer concurso de pintura y la cocina llena de salpicaduras de óleo.
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viernes, 19 de febrero de 2010
En silencio
Apoyada en una pared, en silencio entre el bullicio que te rodea. Sentada en un autobús, una estación de tren o un parque atestado de gente. En un café, removiendo automáticamente el azúcar posado en el fondo de la taza mientras que el mundo gira del mismo modo a tu alrededor.
No debe de haber mayor soledad en este mundo que la que se siente rodeado de gentes que van y vienen, conversan, gritan, discuten, se ríen a carcajadas y airean sus planes al aire sin percatarse del torbellino en el que están inmensos, de la presencia silenciosa petrificada en un rincón y observante de todo.
Puede ser algún tipo de autismo, o simplemente un atisbo de locura o quizás de cordura.
Puede ser una mirada consciente sobre un mundo excesivamente dinámico e insensible a todo e inmerso en una velocidad y una dureza ajena a cuanto lo conforma.
Hace años, una escena de una película en la que una mujer anciana se arrancaba los dientes a pedradas para que la dejasen retirarse a la montaña donde iban los viejos para dejar de ser cargas familiares me dejó conmocionada. Últimamente no puedo sacarme esa escena de la cabeza.
Sigo observando, escuchando en silencio lo que me rodea, haciéndome mil preguntas silenciosas que nadie responderá nunca.
La consciencia es mala, nadie debería nunca de enseñar a nadie que ha de escuchar lo que le rodea porque muchas de las palabras que oirá y no podrá borrar se convertirán en piedras en su espalda y lo harán sentirse como la mujer del Narayama.
Hay días que no puedo soportar el peso de tantas piedras.
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jueves, 8 de octubre de 2009
Día Mundial de la Depresión

Este año, hace apenas un mes o unos días, me di cuenta de cuán grande era la porquería en la que tenía metida la cabeza o más bien cual era el motivo del aparente pozo en el que parecía encontrarme: una depresión como un burro por causas que siempre conocí, pequeñas tonterías que una detrás de otra acaban ejerciendo un peso imposible de llevar sobre los hombros.
Es jodido, quizás porque se tiene una mala imagen social del hecho, lo de ir al psiquiatra digo, y lo que es aun más jodido es decidirse a dar el paso de admitir que, primero, tienes un problema, y, segundo, que necesitas ayuda, no sólo ya de la familia y amigos si no también en ocasiones médica, como en mi caso.
La mejoría se nota: de no poder leer dos líneas seguidas a volver a la media de lectura comprensible habitual, de sentirte como una mierda porque ves que lo que antes era fácil ahora es casi imposible y de ver cómo la gente te toma por imbécil cuando no puedes hacer lo más simple de cualquier cosa, a pasar a volver a ser uno mismo de nuevo y darse cuenta que el imbécil es el otro por pensar que una incapacidad en alguien que se desespera por superarse no es un motivo para sugerirle el abandono.
No se cura de un día para otro, no se pueden evitar los bajones ni se puede evitar que haya ciertos días en los que parece que tiene uno el Baile de San Vito o lo que cariñosamente se llama "un pulso para robar panderetas", pero sí se puede mejorar la calidad de vida y dejar de pensar que todo es negro: a veces las cosas se tiñen de gris y hay momentos en los que incluso asoma algún color.
Sólo hay que intentar saber los motivos por los que uno anda hecho polvo y darse cuenta de que muchas veces no merecen la pena.
Ánimo a los depresivos diagnosticados y en tratamiento y sed valientes los que aun no habéis dado el paso: se mejora.
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sábado, 19 de septiembre de 2009
Hilos en el suelo
De aquella máquina salían costosas maravillas. Costosas no sólo por lo que valían económicamente hablando si no también por el sudor, el tiempo y la vida que se llevaba de aquella mujer.
Poco después descubriría que no sólo se llevaría eso aquella máquina si no también parte de su salud.
No estaba bien. Nunca los estuvo. Bueno, tal vez aquellos primeros meses de su vida, antes de la llegada del virus. Luego, nunca pudo desarrollar su vida como una persona más. Siempre sería diferente, viviendo a través de sus manos lo que otros vivían en todo su cuerpo.
Mujeres entraban y salían de aquella casa y los días pasaban, las horas pasaban, las arduas noches de trabajo pasaban. Una salían felices con sus ropajes nuevos en las manos. Otras, indecisas, hacían que el trabajo fuera interminable gracias a falta de capacidad para decidir sus propios gustos.
Y la miraba desde la puerta de aquella pequeña habitación, siendo siempre la eterna mujer pegada a unas tijeras y una máquina, a una caja de alfileres y un dedal. Mientras tanto, el suelo se prendaba de hilos cada día, despejándose de los mismos a la hora de la cena, pero en toda la casa, los vestigios de su presencia aparecían por donde quiera que se mirara: restos de recortes de tela, de hilvanes, de espuma de unas hombreras excesivamente grandes... todos ellos eran eternos moradores de aquella vivienda, a veces taller, en la que de vez en cuando aparecían verdaderos tesoros en forma de telas caras que rara vez se veían y cuyos restos quedaban pululando por los cajones maravillosos donde aquella mujer guardaba los restos de sus obras.
Años después encontré un recorte de una revista perdido en un libro. En letras grandes en su titular quería decir algo tal que "los hijos de los mineros se buscaban el pan fuera de la mina". A su lado aparecía la fotografía de dos mujeres en una estancia de esas de los años 60 donde dibujos seudo-psicodélicos a todo color recubrían las paredes en papel pintado entre las que estaban un mueble del que surgía la misma máquina que tan familiar me era y las dos mujeres: una de pie y la otra replegada sobre si misma, alfiler en mano arreglando la falda de la primera, o quizás creándola.
Decía la noticia recortada algo del tipo de que no sólo minero debería de ser el hijo del minero, si no que nuevas profesiones daban paso a nuevas formas de buscarse un porvenir y aquella mujer que tanto yo conocía era de las primeras que habían dado el salto al trabajo más allá de las labores domésticas: era modista.
Si además aquel reportaje hubiera salido en una revista de nuestra época diría que era el fruto de la tenacidad de un disminuido físico por alcanzar un empleo y un lugar en la sociedad, pero entonces, de ello no se decía nada.
El otro día vi una película que me hizo pensar. Era una versión vieja de la vida de Coco Chanel, famosa diseñadora de la que puede que algunos recordemos algún tipo de traje y casi todo el mundo el famoso "Número 5".
Más o menos la vida de esta mujer estaba ligada a una aguja y a una máquina de forma similar a la de esta primera de la que hablábamos. Coco decían que surgió como quien cosía aquellos perifollos de finales del XIX que darían paso a comienzos del XX a la liberación de la moda femenina en pos de una mayor comodidad y un menor lucimiento de maniquí que sufría las inclemencias de la moda imperante en el momento. Con el tiempo se convertiría en la elegancia de la mujer y el símbolo de la comodidad.
Una de las cosas que se pueden extraer de la vida de las dos mujeres es que un modisto o modista no es simplemente alguien que dicta las normas de lo que se lleva y lo que no se lleva si no que es, ni más ni menos, quien es capaz de vestir a una persona, sea esta como sea.
¿A que viene todo esto?
Bueno... hace años que rescate la máquina de coser de mi abuela de la podredumbre del gallinero. Funcionaba perfectamente pero sólo hacía puntadas rectas. Era una máquina muy antigua.
Ayer compré mi segunda máquina de coser -la primera fue de juguete que me regalaron de niña y fue devuelta a la tienda porque no funcionaba bien y cambiada por una batería de cocina y un diccionario enciclopédico: un juguete demasiado caro como para que encima no funcione-.
Llevo todo el día arreglando bajos y bolsillos de pantalones, rematando costuras de camisas para que no se deshilachen y comprobando las múltiples funcionalidades de la maquinita que ayer entró en casa para situarse sobre el mueble de la antigua cosedora de mi abuela, oculta en su cajón, a la espera de que vuelva a utilizarla.
Y sonrío. Tal vez sea porque me he quitado las ganas de aquel juguete ya estropeado en su envoltorio nuevo de la infancia o tal vez porque le veo la enorme utilidad que el aparato tiene, más allá del simple entretenimiento. Basta con ser una mujer de cuerpo "distinto" -pesar más de 60 kilos o medir más de 1'70- para darse cuenta de que la ropa que se puede adquirir en las tiendas por dos duros nunca es una buena inversión.
¿Por qué? Cuando se ha probado la ropa hecha a medida, se conoce cómo debería de sentar una prenda y, pese a que te insistan en que es tu talla en esa boutique tan cara, cuando notas que te sale un bulto en la espalda de la chaqueta o que te tiran las mangas, sabes que esa prenda no es para ti.
Hace un tiempo descubrí en un cajón una carpeta verde ajada por los años. En su interior un completo curso de costura explica con maniquís de aquellos años 50-60 cómo coser desde un botón a un chaquetón pasando por una camisa o unas enaguas de las de entonces.
Desconozco si la camisa que me cosa quedará como las que hacían aquellas dos mujeres, pero sin duda puedo decir que quedará mejor que cualquiera de las que se compren en cualquier tienda, páguese lo que se pague por ellas. Más que nada porque estará hecha para mí desde el principio y será mi talla, evitando así las frustraciones de haber adelgazado nueve kilos y que la talla más grande de la tienda no te baje de la cabeza.
Hoy hice una llamada telefónica y al decir "Ya puedo hacer Zig-Zag", la mujer del otro lado de la línea estalló en grandes carcajadas.
La mujer que hoy se reía no era Coco Chanel pero siempre vistió a los demás y a si misma lo mejor que pudo y me inculcó las ganas de querer saber, querer poder hacer cosas y querer aprender.
Es mi madre y hoy, todo un achaque de los años, se reía porque su hija emulaba sus quehaceres antiguos en esta época en la que más vale tirar y comprar nuevo que remendar y recoser.
que si hubiera más... íbamos de culo :-D
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sábado, 4 de julio de 2009
Hiroteces
Es raro, pero ya lo pensaba hace tiempo que, con lo rara que es la vida con ella y esa tendencia a que todo sea al revés de lo que pasa normalmente, cuando todo el mundo se queda al paro, ella empezaría a currar.
Y dicho y hecho. Pero esa es otra historia que ha de ser contada en otro momento.
Madre cibernética progresa adecuadamente y tiene días en los que daría miedo al mismísimo Terminator, pero sólo le falta quitarle las grapas para mandarla para casa, así que ya está nueva, al menos en otra bisagra.
Y con ese cristo montado de adaptación a trabajo nuevo y visitas diarias hospitalarias, Hiro tiene dinerín que malgastar -sólo un poco que está la cosa muy dura- en las rebajas.
esto está hecho un asco...
fresca por casa! Mmm, seguro que no hay talla...
Ah, pues sí que la hay. A lo mejor me vale y todo...
Pues sí...
E Hiro salió feliz de las rebajas con un trapito fresco a un 40% de descuento.
El viernes, tras recorrer tropecientos kilómetros por la costa asturiana viendo el mar cual bañera de casa y con un calor de morirse, Hiro decide estrenar su trapito fresco yendo a remojar el merucu. Y ¡cuán fresco era el vestidito playero de Hiro!, pero...
tirantitos y su algodón, pero... Mekawen todo.
Si lo compré en una tienda donde sólo hay bikinis y lencería...
Mmmmm, ¿desde cuando estas tiendas venden vestiditos?
Y en medio de la playa, como en uno de esos sueños que a todo el mundo desconciertan y aterran pero convertido en realidad, Hiro se percató de que su vestidito fresco era en realidad un camisón.
Pero... ¡qué fresca está una en la playa en camisón!
Nunca se sabe, a lo mejor pongo de moda la lencería a la vista: si todo el mundo quiere a Superman y lleva los gallumbos encima de los pantalones, ¿por qué no puede una ir en "traje de noche" a la playa? ;-)
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jueves, 21 de mayo de 2009
Tarareos en voz baja
Ambos eran viejos, casi podría decirse que debían de proceder del mismo año. Él tendría unos 80 o 90 años. Su bicibleta más o menos los mismos pues era un modelo de esos de hierro con el sillín a la misma altura que el manillar y que obligan a quien la lleva a caminar casi agachado. Daba cuenta de su vejez, no ya su aspecto añejo, la pintura verde azulada medio desconchada pero sin herrumbre, si no su aspecto en general: sus frenos eran una prolongación endeble del manillar. Uno se unía a la rueda delantera mediante una varilla sólida y el otro era un cable tendido hacia la rueda posterior. La delataba en su antigüedad la ausencia de toda ergonomía en su diseño, destacando sobre todo aquel sillín trasero excesivamente ancho, más propio de llevar bultos que de estar destinado al uso de personas, y como tal se ha dicho, bulto llevaba. Iba cargado de hierbas cortadas y atadas a modo de fardo con lo que parecía una camisa reutilizada.
Él era un mapa de vida vivo. Piel curtida, oscura, surcada por las arrugas propias de quien ha vivido mucho. Era delgado pero fuerte. Mantenía el pelo blanco bien peinado hacia atrás como es frecuente en los hombres de su época. Vestía pantalones de mahón azules, raídos pero limpios y planchados y una camisa de cuadros en colores claros, también perfectamente cuidada.
Era una mañana soleada, muy temprano, tanto que se podía ver cómo el sol se filtraba bajo las nubes alargando las sombras de las cosas y potenciando sus colores hasta extremos increíbles, dotando al paisaje de ese color que sólo puede verse en los amaneceres y los atardeceres.
Estaba fresco pero agradable. Se olía el calor que traería el día con su avance.
Se movía despacio. Tanto que creí poder alcanzarlo andando si apuraba un poco el paso.
Al pasar a mi lado me trajo el recuerdo de aquel otro hombre en bicicleta con fardo de hierba que también madrugaba para recogerla: mi abuelo.
Lo curioso es que ambos tenían algo más en común que su medio de transporte, su dedicación a recoger hierba para los animales, sus pantalones de mahón y el cuidado en su imagen personal: ambos cantaban en voz baja mientras su vida transcurría tranquila como su paseo en bicicleta con el saber de una labor cumplida.
Y entonces, lo descubrí. La felicidad no viene y se va. Está ahí, pero es tímida y se esconde cuando sabe que la miras. La felicidad es ese momento en el que uno canturrea sin saber por qué, sin tener motivo, pero sabiendo que lo pasado, pasado está y que lo único que tienes como cierto es el presente. Cuando ese presente es calmo, entonces la felicidad sale de su escondite y uno le canta, en voz baja, casi para sí.
Últimamente hay días que canto, como los dos ancianos de la bicicleta.
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miércoles, 4 de marzo de 2009
En la consulta
- Hola, buenas.
- Buenas no sé si serán. ¿Para qué hora tienes?
- A las 8 y 30.
- Pues mal vamos. Tengo yo para las 8 y aun no llamó a nadie...
Hora larga después con medio motín de enfermos en la sala comienza a llamar a la gente.
- Hiro.- E Hiro entra para encontrarse a una mujer en la treintena con aspecto sumamente desastroso y con cara de ida-.
- Buenas.
- Hola, ¿qué tenemos?
- Bueno, estoy cansada. Recogí unos análisis hace dos semanas y decían que tenía algo de anemia pero no me dieron nada y es que cada vez estoy más cansada.
- ¿Algo más?
- Sí, desde hace una semana tengo mareos...
- ¿Algo más? ¿Pérdida de apetito?¿Has adelgazado?
- No, es más últimamente arraso la nevera, pero he adelgazado dos kilos.
- ¿En cuánto tiempo y por qué?
- En dos meses, haciendo deporte.
- Ah, ya. Era para descartar la anorexia -e Hiro piensa eso de "¿pero esta mujer se habrá fijado en el tamaño de mi culo?"-.
- No, anorexia va a ser que no tengo.
- ¿Estás nerviosa?
- Si, hay días. Tengo tics y eso.
- ¿Desde cuándo?
- Desde que hice el doctorado, me debió de sentar mal.
- Pues... ¿algo más? ¿Irritabilidad? ¿Te sientes mal?
- Sí, una vez al mes me apetece matar y cuando voy a entrevistas de trabajo, a veces también -respuesta literal-.
- Osea, que estás al paro.
- Sí.
- Y deprimida ¿verdad?
- Tengo mis días...
- Pues nada. Déjame mirarte... -y se procede a sesión de linterna en ojos y oídos, oscultación pulmonar, golpecitos en rodillas, tócate la nariz con los dedos , ahora con los brazos estirados y los ojos cerrados, saca la lengua... e Hiro pensando en cámara oculta porque aquello no podía ser verdad. Por último, algo coherente: se toma la tensión a Hiro.
- Pues esto... 11,4... es bajísima, tienes que comer poco muchas veces... Hombre, pero no tanto como para ponerte como un pipote -e Hiro pensando eso de "tiene que estar de coña".
- Bueno, te voy a mandar al psiquiatra, para descartar la depresión y si la tienes, darte antidepresivos. Además vas a ir al neurólogo a ver esos tics...
- Perdone, pero es que yo sólo estoy cansada y anémica. ¡Tengo un papel que lo dice..!
- Sí, sí, pero hay que descartar la depresión, además lo del trabajo...
- Oiga, que es seguro que la tengo pero no quiero tomar pastillas que me dejen tonta todo el día... Que me las dieron hace muchos años y soy de esa minoría alérgica a los antidepresivos y me pasé 3 días en la cama...
- Bueno, voy a hacer los volantes... A ver este ordenador... - y procede a escribir 15 líneas a dos dedos, copiar a base de botón derecho, clic en copiar e intentar pegarlo en otro sitio a base de botón derecho, clic en copiar otra vez... 10 minutos después Hiro dice porque no se aguanta:
- Copiar control-C. Pegar Control-V.
Diez minutos después...
- Pues es que no sé lo que le pasa a este trasto... que no funciona, y antes la impresora igual...
E Hiro pensando eso de "no le pasa nada, es que eres tonta del culo. Y la impresora sólo estaba sin papel".
- Pues nada. Bueno sí, te voy a dar una caja de hierro. Y cuando vayas al psiquiatra, a ver qué pasa...
- Sí. Cuando vaya...
Conclusión: entras al médico con anemia y sales en pijama de madera.y con camisa de fuerza por si la lías. Mira que querer quitarme a mi la depresión, pero ¡si los bajones son los momentos más creativos que tengo!
En fin, quiero cambiar. Si no te da el hierro primero para ver si la cosa mejora y te lanza a un especialista como por arte de magia para engrosar el año y medio de lista de espera, es que no vale ni para tomar por el ojete. Lo del analfabetismo informático y no fijarse en qué coño estaba haciendo con el botón derecho, clic es sintomático de lo que hace con los pacientes: diagnosticar erróneamente por desatención masiva.
Nun voy más al médico a no ser que te morriendo o vuelva mi médica habitual...
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viernes, 16 de enero de 2009
Experto en funerales
Decía que a la edad de unos 3 años -cuento de memoria- había acudido a su primer entierro. Era un crío y lo único que recordaba del suceso eran lámparas de aceite derramadas en el suelo y sangre. Las lámparas las rompió él mismo en un berrinche provocado por la soledad en que lo había dejado el muerto, creo que su padre, y la sangre era la de su nariz.
Tras este primer funeral llegarían los demás, pues tuvo la mala suerte de pulular de casa en casa, de familia en familia, de muerte en muerte. Tal era el número de funerales a los que asistía que un buen día, un amigo le dijo que debía asistir a un funeral pero que no sabía lo que había que hacer. Le pidió que lo sustituyera y tal fue la "profesionalidad" de Kawabata que todo el mundo dijo que era experto en funerales y lo llamaba cuando había uno, simplemente para que asistiera.
Es curioso el pensar que tal categoría pueda existir, pero una plañidera de aquellas de la Roma Clásica no dejaba de ser una experta en estos temas, o al menos en parte de ellos.
Aun así, expertos en funerales parece haber en todos sitios y hay gente a la que -sospechosamente- por aburrimiento se les ve recurrentemente en velatorios públicos e iglesias. Sea quien sea el finado, si no lo conocen, preguntan, lo que no deja de ser más que una representación puntual de la comedia de la muerte.
No hay mayores actos de teatralidad que los que se pueden apreciar en los velatorios, ahí, entre el sufrimiento de los verdaderamente afectados, la ironía de los "qué gran persona fue" y los "cuánto lo quería".
Tal es el caso que, tras mi último pésame -que no funeral porque no llevo los ritos católicos con paciencia- decidí que no habría mayor experto en funerales que aquel que consiguiese mantener la boca cerrada en ellos.
Se entra en la sala, se acerca a los conocidos del muerto y simplemente no se dice nada. Ni falsos "lo sientos", ni socorridos "te acompaño en el sentimiento" porque serían vanas mentiras cazadas al vuelo por el receptor de las mismas, ya que pocas veces realmente "lo sentirás" y muchísimas menos "tendrás los mismos sentimientos".
Es curioso ver a qué queda reducido el respeto al otro ante las obligaciones sociales, cuando demostrar tu apoyo a alguien en el momento de una muerte de un cercano te hace mentir más que un jugador de póquer o ser un actor tremendo de tragedia y no te permite darle una palmadita en la espalda con una gran sonrisa en los labios ni decirle a la señora del "qué bueno era" eso de "no era bueno, ero un grandísimo cabrón y el mundo será mejor sin él, al menos para su familia".
Tales son las cosas que no habrá mayor experto en funerales que el que consiga asistir a uno sin separar los labios hasta haber vuelto a su casa.
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