lunes, 3 de noviembre de 2008

Marcando la diferencia

En un país como Estados Unidos de América, con unas raíces tan hundidas en los prejuicios sociales, la simple idea de que un hombre negro llegase a ser político, resultaba cuanto menos una aberración, pero miren ustedes por dónde, un hombre así -un hombre sin más diría yo- está a punto de ser presidente.

Todas esas ideas que marcaban o creíamos que marcaban la diferencia y con ella ponían de manifiesto mil y un casos de racismo y alguna que otra salvajada humana más, han desaparecido de un plumazo y dos hombres aparecen como iguales para ser la cabeza directora de un país. Pero siempre surgen voces como en esos presuntos movimientos igualatorios o pro-derechos de determinados grupos que con un ansia tal defienden a dichos círculos que lo único que hacen es diferenciar aun más el sector que pretenden integrar.

¿No resalta hasta más y no poder la diferencia de la persona ese anuncio que dice que "quien te recibe en x hotel es rumano"? ¿Y qué?

¿No es la violencia simplemente violencia? ¿Entonces por qué violencia machista, violencia de género o violencia doméstica si todas ellas son lo mismo?

¿No es un miembro alguien que forma parte de algo, o es necesario quedar de progresista tonta del culo -gilipollas es sexista- diciendo ser miembra?

A lo que iba. ¿Iguales o quizás no tanto? Uno es un hombre relativamente joven, el otro un presunto anciano y héroe de guerra. ¿Cuál es el distinto?

¿Por qué se empeñan algunos en seguir marcando la diferencia cuando se ha demostrado que la igualdad es posible sin tanta zarandaja?

Esto se le debería de preguntar a Chavez, que aprovechándose de la presunta debilidad del distinto -Obama- espera que la América profunda deje de meterse en sus asuntos y le eche un brazo por el hombro apelando al cambio que este hombre representa. Sin volverse revolucionario ni nada, -que le sirve mejor siendo modosito-...

Indiscutiblemente el color de la piel no implica ninguna diferencia, igual que el hábito no hace al monje, y todo el mundo piensa que habrá grandes cambios si este señor llega a la Casa Blanca, pero el tiempo será el único que sepa decirnos realmente qué sucederá. Aun con ello, seguirá siendo distinto, el mundo lo seguirá viendo distinto y su color seguirá dominando cada uno de sus pasos y los juicios que la gente haga de sus actos.

Como decía el chiste -sin ánimo de ofender a nadie, sólo es una ironía-: lo convertirá en un blanco perfecto.

O no...

Mañana es el gran día en el que los americanos escogerán un nuevo presidente. A ver si tienen suerte y sea el que sea, quien salga elegido, no les salga rana, o como en el caso español, zapatero...


Y hablando de esas cosas de la igualdad:


Paridad, Camera Café

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Amén. Qué razón tienes, hija.

3 de noviembre de 2008, 17:17  
Blogger Laurix said...

Yo llevaba unos días pensando sobre lo mismo. y tienes razón.

4 de noviembre de 2008, 9:56  
Blogger Hiroshige said...

A ver qué pasa ahora...

5 de noviembre de 2008, 16:05  

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