lunes, 23 de octubre de 2006

Timo por catálogo

O cómo no vuelvo a pedir nada por catálogo pese a muy bueno o chollo que parezca. Está claro que la publicidad engañosa es un delito pero esta gente no lo debe tener muy claro. Una cosa es lo que te ofertan, como el abrigo en cuestión y otra muy diferente, es lo que te llega a casa. El de la foto tiene una pinta cojonuda, el que te envían es un cacho de plástico con borreguito desteñido pegado en cuello y mangas cuyo parecido con la imagen es el nombre que se le otorga: “abrigo”. Eso sí, en ningún sitio dice los materiales en los que está realizado para cubrirnos las espaldas, pero por lo menos podía tener cierto parecido. Lo peor de todo es que no me dí cuenta de hacerle una foto antes de salir corriendo dirección correos para devolver el fraude el mismo día para que todo el mundo pudiera deleitarse con el “paquete” -en su doble acepción de a) envío realizado en forma de caja o bolsa de plástico que contiene dentro algo, o b) rabo que te meto-.
Queda claro que nadie da duros a cuatro pesetas y éstos menos, pero por lo menos podían ser un poco menos descarados. A ver la cesta pa patates de mimbre que pedí cuando por fin llegue. Igual es una foto de una cesta en lugar de una cesta de verdad...
Si es que todo me pasa a mi, está claro, pero a base de hostias se aprende :-/

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