Manuales de conducta
Llego hoy al curro y qué raro que no hay alarma. Subo, hace calor, abro la ventana y como siempre oigo pájaros. Se posan en el alero, es normal. Pero no: hay una golondrina dentro dándose viajes contra los cristales que dan paso al pasillo central con techo de cristal. Es normal, quiere salir. Abrimos las ventanas, es un bajo cubierta y no hay veluses aquí, están demasiado bajas y no sale.
Voy por el café, el mejor momento del día desde que volví al régimen. Subo con el café. El portero ha localizado la golondrina y su objetivo es sacarla de aquí aunque sea como un cromo. Va a por una escoba. Me siento en mi mesa con el café y tres miserables galletas maría.
Primera galleta maría, el animal revolotea. Llega el portero escoba en mano y empieza a repartir escobazos contra techo y cristales. La golondrina lo esquiva, lo manda a tomar por el ojete. Se desplaza hacia mi sitio. Él la sigue. La escoba está muy sucia y fragmentos de cosas se desprenden al agitarla en el aire. Miro mi café y mis galletas.
Segunda galleta maría, yo y la golondrina esquivamos escobazos en mi esquina. Mi aprensión se dispara. Algo me puede caer en el vaso desde la escoba:
- Me vas a joder el café...
- No home no, verás que hostia la doy y ya está sacada...
- Espera dos minutos que me vas a tirar el café... - escobazo va, pájaro viene, aprensión en niveles máximos, asco en aumento.
Tercera galleta maría con café desde el vestíbulo de fuera. Golpes contra los cristales varios y contra el techo.
- Verás como le pego un hostión que la reviento -decía caminando cual gato hacia el pobre bicho encima de una de las ventanas. ¡Zas! Hostiazo de impresión y bicho como si no hubiera pasado nada contra el último resquicio de nuestra sala. Encuentra un hueco y pasa a la biblioteca: ahora sí que la jodimos, 4 metros de altura del techo pero con veluses.
- Espera que abrimos uno y sale sola...
- No home no, verás que hostia. ¿Dónde está? Que no la veo...
- A ver, una escalera que acabamos antes...-esquivando escobazos contra el techo. El bicho en el punto más alto del techo interno.
- Bueno, que muera de hambre. Ya la quitamos mañana...
...
No sólo queda demostrado que me acaban de joder el mejor momento del día -mi café con tres galletas- si no que no se puede ser más inútil -aunque todo es achacable al síndrome-. Además, dudo mucho lo de muerte por inanición ya que hay unas moscas tamaño caza que seguro pondrán las pilas al animalín cuando necesite hacerse un bocadillo.
Mekawen todo, con lo bien que me estaba sabiendo el café y las tres galletas :-(
Voy por el café, el mejor momento del día desde que volví al régimen. Subo con el café. El portero ha localizado la golondrina y su objetivo es sacarla de aquí aunque sea como un cromo. Va a por una escoba. Me siento en mi mesa con el café y tres miserables galletas maría.
Primera galleta maría, el animal revolotea. Llega el portero escoba en mano y empieza a repartir escobazos contra techo y cristales. La golondrina lo esquiva, lo manda a tomar por el ojete. Se desplaza hacia mi sitio. Él la sigue. La escoba está muy sucia y fragmentos de cosas se desprenden al agitarla en el aire. Miro mi café y mis galletas.
Segunda galleta maría, yo y la golondrina esquivamos escobazos en mi esquina. Mi aprensión se dispara. Algo me puede caer en el vaso desde la escoba:
- Me vas a joder el café...
- No home no, verás que hostia la doy y ya está sacada...
- Espera dos minutos que me vas a tirar el café... - escobazo va, pájaro viene, aprensión en niveles máximos, asco en aumento.
Tercera galleta maría con café desde el vestíbulo de fuera. Golpes contra los cristales varios y contra el techo.
- Verás como le pego un hostión que la reviento -decía caminando cual gato hacia el pobre bicho encima de una de las ventanas. ¡Zas! Hostiazo de impresión y bicho como si no hubiera pasado nada contra el último resquicio de nuestra sala. Encuentra un hueco y pasa a la biblioteca: ahora sí que la jodimos, 4 metros de altura del techo pero con veluses.
- Espera que abrimos uno y sale sola...
- No home no, verás que hostia. ¿Dónde está? Que no la veo...
- A ver, una escalera que acabamos antes...-esquivando escobazos contra el techo. El bicho en el punto más alto del techo interno.
- Bueno, que muera de hambre. Ya la quitamos mañana...
...
No sólo queda demostrado que me acaban de joder el mejor momento del día -mi café con tres galletas- si no que no se puede ser más inútil -aunque todo es achacable al síndrome-. Además, dudo mucho lo de muerte por inanición ya que hay unas moscas tamaño caza que seguro pondrán las pilas al animalín cuando necesite hacerse un bocadillo.
Mekawen todo, con lo bien que me estaba sabiendo el café y las tres galletas :-(
2 Comments:
Pobre animalito, la verdad. Tenían que darle a él con la escoba a ver si le hacía gracia.
En fin, mi mejor momento del día es justo después de comer el día que puedo echarme la siesta. Si me llaman por teléfono cuando estoy así a punto de tumbarme... me joroban el resto del día.
Es que es así él: muy "paisano".
Para lo tuyo hay remedio: apaga el móvil. Yo cuando siesteo siempre lo hago porque no falla el posar la cabeza y telefonazo -cuando no visita inesperada- :-|
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