Pequeños placeres cotidianos
Realmente la vida es un pudridero pero hay pequeñas cosas que pasan volando que nos hacen pensar que la cosa no es tan mala y es a esas precisamente a las que hay que aferrarse, como por ejemplo, montar una fiesta sorpresa de cumpleaños a un amigo para ver la vergüencilla que le da cuando la encuentra:
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o recoger algunas de las uvas que tu wela hubiera recogido:
Y es que hay cosas que resultan curiosas, como el hecho de que las personas sean a veces como los árboles: los cultivas porque están dentro de tu terreno y aparentan tener buen aspecto pero cuantos más los mimas, más baldíos son. Sin embargo, aquellos que ves en las lindes de tu huerto, dejados de tu mano y a quienes no dedicas tus cuidados asiduamente, son los que mejores frutos dan y los que más agradecen tus atenciones cuando te das cuenta de que realmente son los que importan.
Qué sería de mi sin vosotros :-)
Qué sería de mi sin vosotros :-)
Etiquetas: historia
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