Tsuru no ongaeshi / El favor de la grulla
Basado en el cuento que me envió Koko que aun no terminé de leer entero -pero ya sé cómo es la historia aunque no es idéntica a la que aquí se cuenta- llevo todas las navidades dándole vueltas a esta mona nueva.
No me gustan demasiado los lienzos cuadrados así que lo partí en tres franjas verticales, cogiendo la izquierda para describir las partes de la historia al modo de las pinturas medievales donde los mismos personajes aparecían varias veces para transmitir el cuento dentro de una escena principal.
La idea era hacerlo con una estética tributo al ukiyo-e que tanto me gusta y tras realizar por separado las tres escenas, se hizo factible el encajarlas una en otra: el cielo de la escena del medio es un agua helada de la superior, y la copa del árbol de la inferior es el camino por donde llega la chica en la escena central.
Tras realizar este lateral y esbozar la imagen central -pieza principal de la historia donde la chica-grulla es sorprendida haciendo el tejido- me di cuenta de que encajaba perfectamente el lateral ya hecho con lo que podría ser una puerta corredera de tipo oriental, así que procedí a hacer otra similar en el lado contrario de menor tamaño y ya sin historias añadidas, sólo una cartela roja con el título de la obra y del cuento en japonés. Espero no haber metido la pata al escribirlo.
El tema aparece en las imágenes laterales, de arriba a abajo, cuando el hombre encuentra a la grulla herida, la chica que llega al pueblo -ups, me acabo de dar cuenta que me faltó pintarle el obi en esa imagen-, y de ahí salta a la imagen central. La parte baja izquierda muestra a una grulla que se va tras ser descubierta su verdadera naturaleza, siendo posterior a la imagen principal descrita en el centro.
En la imagen principal aparece el momento cumbre de la historia: cuando se abren las puertas y se descubre que la chica es la grulla que teje con sus propias plumas los tejidos. Para hacer un poco más romántica la historia, en lugar del pájaro, opté por animalizar a la persona colocando las plumas de la cola sobresaliendo bajo los ropajes.
Y un guiño que no me salió demasiado bien: en el fondo de la imagen aparece un mueble sobre el cual hay un pretendido espejo que reflejaría a la persona que abre la puerta y descubre la verdad, al modo del espejo del fondo en las Meninas. Claramente no soy Velázquez y no quedó demasiado decente.
Es el primero donde uso transparencias. Tengo que probar más que no me acaba de convencer demasiado, aunque tiene cierto futuro...
La idea era hacerlo con una estética tributo al ukiyo-e que tanto me gusta y tras realizar por separado las tres escenas, se hizo factible el encajarlas una en otra: el cielo de la escena del medio es un agua helada de la superior, y la copa del árbol de la inferior es el camino por donde llega la chica en la escena central.
Tras realizar este lateral y esbozar la imagen central -pieza principal de la historia donde la chica-grulla es sorprendida haciendo el tejido- me di cuenta de que encajaba perfectamente el lateral ya hecho con lo que podría ser una puerta corredera de tipo oriental, así que procedí a hacer otra similar en el lado contrario de menor tamaño y ya sin historias añadidas, sólo una cartela roja con el título de la obra y del cuento en japonés. Espero no haber metido la pata al escribirlo.
El tema aparece en las imágenes laterales, de arriba a abajo, cuando el hombre encuentra a la grulla herida, la chica que llega al pueblo -ups, me acabo de dar cuenta que me faltó pintarle el obi en esa imagen-, y de ahí salta a la imagen central. La parte baja izquierda muestra a una grulla que se va tras ser descubierta su verdadera naturaleza, siendo posterior a la imagen principal descrita en el centro.
En la imagen principal aparece el momento cumbre de la historia: cuando se abren las puertas y se descubre que la chica es la grulla que teje con sus propias plumas los tejidos. Para hacer un poco más romántica la historia, en lugar del pájaro, opté por animalizar a la persona colocando las plumas de la cola sobresaliendo bajo los ropajes.
Y un guiño que no me salió demasiado bien: en el fondo de la imagen aparece un mueble sobre el cual hay un pretendido espejo que reflejaría a la persona que abre la puerta y descubre la verdad, al modo del espejo del fondo en las Meninas. Claramente no soy Velázquez y no quedó demasiado decente.
Es el primero donde uso transparencias. Tengo que probar más que no me acaba de convencer demasiado, aunque tiene cierto futuro...
Etiquetas: apaños, arte, fábula, momentos inspirados, mundo, relato
6 Comments:
Ese guiño a velazquez no se ve bien en la imagen. Al aumentar se pixela :( (supongo que culpa de picasa).
La franja central me resulta muy realista, muy currado.
Gracias Jack. Me está costando un webo acercarme a la realidad porque no consigo llegar a las sombras. El volumen se hace fácil a base de brillos pero las sombras son jodidas. A ver si cojo una imagen mejor, pero de todos modos la imagen del espejo está muy difuminada.
Hola.
a mi me parece super-chulo con la división! Tampoco he sido capaz de ver el guiño en el espejo.
Por cierto, has hecho algo de ilustración? Creo que puedes tener un bonito estilo para ella.
Saludos.
Hola y gracias Keros, la verdad es que está muy borroso, debería de perfilarlo un poco. A ver si lo retoco.
No hice nada de ilustración más allá de machacar el photoshop y similares en casa cada vez que me aburría pero podría ser interesante con lo que me gustan los cuentos y viendo que sí que tira mucho a ilustración de cuento antiguo lo que me sale. Mira por donde que puede ser una salida profesional interesante :-D
Jajaja! Yo llevo varios días dándole vueltas al coco (lo que hace estar desocupado, verdad?). Y además, creo que es totalmente compatible con mi trabajo. :)
Keros pues dale caña y enseña algo que presta ver las cosillas que hacen los demás :-D
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