lunes, 24 de marzo de 2008

Arquitecturas

Una vez fui a visitar un palacio y acabé maravillada por una cueva artificial encontrada a su vera. El palacio era típico del renacimiento español: un patio interno de cuatro bandas y dos pisos decorado exquisitamente con sus columnas y sus balaustradas. Escaleras de honor y rondadamas de los que tanto me gustan, generaban la sensación de estar en un espacio noble por su origen y por su uso.

Como contraste, la burda excavación realizada a golpe salvaje de pico y pala, era en sus inicios los cimientos de una vivienda y devino por mor del destino en algo más, quizá la búsqueda de un presunto tesoro enterrado por un propietario del terreno poco escrupuloso. Pero el tesoro no era de metales preciosos si no de ladrillos de barro cocido: tres niveles de cúpulas de medio cañón realizados en ladrillo rojo, escalonados y ajados por el tiempo, rematados por aquel entonces en lo que parecía un vano tríforo similar al que ocupaba la cripta de la catedral de Palencia, con un oscuro espacio al otro lado. Inaccesible y precioso al mismo tiempo. Sublime.

Las hay grandes, pequeñas, ricas, pobres, ampulosas, magnificentes, sencillas, presuntuosas. Las hay fastuosas y vergonzosas. Las hay duraderas y las hay efímeras, pero todas, absolutamente todas, tienen sus pequeños encantos. Desde las grandes torres de cristal a las pequeñas construcciones de adobe. Aunque las que más profundamente llaman mi atención son aquellas que reflejan el paso del tiempo, cosa que no requiere de siglos ya que se puede conseguir falsamente con el empleo de los materiales apropiados. ¿Es lícito que algo parezca antiguo, que no viejo, siempre y cuando no lo es? Depende. Por lo pronto me recreo en los edificios antiguos, sea cual sea su antigüedad y me pregunto cómo responderán al paso real del tiempo los que ahora se construyen.

Imagen de donde siempre y más arquitecturas de lo más variopinto, aquí.

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2 Comments:

Blogger Laurix said...

Yo siempre me he preguntado eso también... ¿cómo aguantarán los edificios actuales? Y cómo los verán en el futuro... No puedo evitarlo, me llama la atención pensarlo cada vez que hago turismo.

24 de marzo de 2008, 11:13  
Blogger Hiroshige said...

A mi me da que nos van a ver como algo muy pasajero porque no creo yo que quede rastro alguno de nosotros dentro de dos mil años. Soy pesimista pero viendo la calidad de las cosas que se hace... malo.

24 de marzo de 2008, 11:37  

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