martes, 18 de septiembre de 2012

Esperar la nada

Lo primero fue una especie de rodillera como las de los deportistas con unas barras metálicas para que la rodilla no cediese más.
Luego llegaron las prótesis, las grapas, las fijaciones de titanio.
Hoy llegó lo que ya sabíamos: tendones rotos por desgaste.

Lo peor: su fuerza por seguir tirando y tu derrota por ver que no hay nada que hacer.

Mierda de vida.

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