viernes, 3 de noviembre de 2006

¿Por qué no?

Llevo años pensando que era alérgica a los animalillos. Más o menos desde que un dermatólogo hace más de 12 años, nada más verme entrar por la puerta de la consulta con algo que se me extendía por media espalda, cabeza y brazo, hizo la maravillosa pregunta de ¿tienes animales en casa? Sí, de aquella tenía el gato siamés que siempre quise porque mi padre lo encontró en el taller donde trabajaba y lo trajo a casa. “Pues deshazte de él”. No se me olvida lo que me dijo el elemento en cuestión tras echarme una leve mirada a la plaga. Pero hace poco me enteré de lo que realmente tuve, tras pasar el verano yendo a casa de Cova y sin demostrar por ello una recaída en aquella cosa, ni un estornudo, ni nada de nada: era tiña, osease hongos. Hongos que venían con el animalín y que se hubieran solucionado con mi tratamiento y el del gato. No es excusa el no haber llevado al bicho al veterinario por desconocimiento, pero ahora parece que me duele el haberme deshecho de él sin más. Desde entonces me lavé las manos cada vez que toqué a un animal adquiriendo una manía persecutoria, pero desde que se ésto, no puedo dejar de mirar páginas como la de la Protectora de Langreo o Adoptastur y preguntarme ¿por qué no puedo ir yo y adoptar a uno de estos seres que te miran desde estas fotografías con cara de pena?¿Por qué no decirle a Cova que me pase un Salemcito de los de la madre? Todavía tengo dudas, pero me encantaría poder compartir mi vida con una mascota mas interactiva que un pez, que era lo único que me permitía tener a mi misma porque no dejaban pelos por la casa...

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No te olvides de la asociación gato feliz que hacen una gran labor.

http://www.gatofeliz.com/

Saludos.

3 de noviembre de 2006, 22:57  

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