Arte urbano

El arte por el arte, desde mi punto de vista, es un fenómeno extraño. Hacer una obra, sea esta magnificente, nimia, pintada o esculpida, siempre conlleva un por qué, un motivo que empuja a la persona a realizarla, sea este económico o sentimental. Cuando yo dibujo es porque hay algo que me empuja a hacerlo -una preocupación, un dolor de cabeza generado por algún motivo, un anhelo-, para otros es el afán de notoriedad, de dinero, de cualquier cosa. Siempre hay algo que genera la creación artística. Incluso cuando se decía en pleno siglo XX ya, que el arte estaba muerto y carecía de sentido, surgiendo el dadaísmo, tenían un motivo: la provocación. Y aunque siempre hayan surgido corrientes e intentos de encasillamiento de las diferentes tendencias, hay hechos que se alejan del momento del encorsetamiento y surgen posteriormente. Por ejemplo, el mero hecho de realizar una pintada en una pared o en cualquier otro soporte -hacer un grafiti- es un acto de provocación que podría calificarse algunas veces no sólo de arte si no de pertenecer a la corriente dada pese a que esta aconteció hace casi un siglo. Los materiales y la intención casi son los mismos: expresar algo que no es aceptado socialmente y llevarlo a la categoría de pieza artística. Y con las mismas el antiarte se convierte en arte. ¡Que cosas! Encontré en esta página de Widelec, para variar, un recopilatorio de imágenes de arte urbano obras de aquel artista -Banksy- que coló en una una exposición de arte paleolítico una obra suya -como para morirse de la risa-. El grafiti es un arte, eso queda claro viendo algunas de estas imágenes. Y como todo, surge a veces con una idea primera -la creación de una convulsión social- y luego degenera. Seguiremos disfrutando mientras podamos.
Muchas veces afirmo que el arte está muerto, falleció con la llegada de los denominados "ismos", pero es mentira: de vez en cuando algunas pequeñas intencionalidades nos sorprenden con su presencia.