La isla de King Kong

Hace unos meses creí tener la conclusión de qué pasaba con Asturias y la extrañeza de su climatología. Hoy creo que me equivoqué un pelín: Asturias es, sin lugar a dudas, la isla donde moraba el rey Kong. ¿Por qué? Fácil, cruzas la frontera, léase sales del Negrón, y te encuentras con un mundo perdido rodeado de nieblas y orpines. Si hoy no llueve, no te preocupes, lo hará mañana, pero hoy tampoco verás el sol.

Llamo a Anchaescastilla y me dice la voz del otro lado del teléfono: "buf, 35 grados a las 12 de la mañana y un cielo azul increíble", mientras te arrimas a la ventana con el teléfono en la oreja y miras hacia arriba, oteando los grises nubarrones si la niebla te lo permite. "Sí, aquí también" mientes a sabiendas de que el termómetro que tienes enfrente marca 18 grados fuera y 22 dentro.
Debe ser por eso, que si hace sol más de tres días seguidos, te deprimes, te falta algo y es el agua circundante o los bajos niveles de luz. Vamos a tener que hacer como en las zonas más al norte y tomar baños progresivos de luz para que el cuerpo se aclimate al solete y no nos vuelva vampiros de la sombra el día que Lorenzo brilla...

Si es que tenemos hasta al gorila gobernando la isla...