lunes, 11 de febrero de 2008

Empanada gallega

Para ir de playa, campo, montaña o dominguear-sabadear en general, lo mejor es la empanada. Esta es gallega auténtica con manufactura asturiana, pero la receta viene de Vigo.

Así que para quien se anime ahí va. Es muy fácil y está muy buena.


Ingredientes para la masa:
  • Un huevo
  • Aceite
  • Agua
  • Sal
  • Levadura de panadería
  • Harina
  • Margarina o mantequilla
Ingredientes para el relleno:
  • Una lata de tomate triturado de las pequeñas
  • Un par de latas de bonito
  • Una cebolla grande
  • 3 huevos cocidos (se me habían olvidado)
  • Sal
Preparación:

En un bol se echa el huevo. En un vaso normal -de los de nocilla de toda la vida- se echa la mitad de aceite -da igual girasol u oliva- y lo añadimos al huevo. Guiándonos por la marca dejada por el aceite, echamos la misma cantidad de agua y lo añadimos a la mezcla, junto con un trozo de levadura de panadería del tamaño de una nuez pequeña. Se añade una cucharadita de sal y se bate hasta que la levadura se deshaga.

Acto seguido se comienza a añadir harina y se sigue batiendo hasta que cueste moverlo con el tenedor. Entonces se sigue añadiendo harina y se saca del bol procediendo a amasarlo a mano. La cantidad de harina varía y la mejor manera de saber cuándo es suficiente es sencilla: cuando no se pegue la pasta a las manos o a la superficie sobre la que se esté amasando. Cuando esto haya sucedido, añadimos un poco más de harina en el bol y ponemos dentro la masa hecha una bola, tapada con una servilleta o trapo húmedo para que no se cuartee al aumentar de tamaño. Lo normal es dejarla una hora, por lo menos, metida en la nevera, aunque suelo dejarla mientras hago el relleno sin esperar más tiempo.

Para el relleno se ha de picar la cebolla en trozos pequeños y se pasa con un poco de aceite por la sartén. Conviene que la sartén sea grande porque va a albergar todos los ingredientes del relleno. Cuando esté pasada la cebolla se añade el tomate triturado y se le da el punto de sal a gusto de cada uno. Sin dejar que se haga completamente se corta el fuego -se termina de hacer en el horno- y se añade al tomate y la cebolla las latas de bonito, procurando escurrir bien el aceite que si no haría que la empanada quedase aceitosa. Se pican en trocitos los huevos cocidos y se añaden también. Se revuelve bien y ya está listo.

Se necesita un molde, al gusto, preferiblemente de aluminio que son los que mejor cocidas dejan las empanadas. Con la mantequilla se unta todo el interior para que no se nos pegue.

Cogemos la pasta que tenemos reposando y la partimos a la mitad. Se debe proceder a estirar una de las mitades para hacer la base de la empanada. Esto lo haremos con un rodillo de amasar que previamente habremos pasado por harina -que también habremos extendido sobre la superficie donde vamos a estirar la pasta-. Se coloca una vez estirada sobre el molde y se coloca de tal manera que quede perfectamente pegada al interior, recortando todo lo que sobre a ras con la parte superior. Hay que acordarse de que hay que rematarla hacia abajo así que tiene que sobrar y también de que hay que pincharla para que al cocerse no se hinche y tire todo el relleno fuera.

Se echa dentro el relleno que ya tenemos preparado y se tapa con la otra mitad. Se ha de hacer la tapa de la misma manera que la anterior, recortando lo que sobre y volviendo lo que no quede cubierto con el relleno hacia dentro con la ayuda de un tenedor para que quede totalmente cerrada.También hay que pincharla para que no se hinche y se rompa.

La decoración es una cosa personal, pero queda más agradable si se le añade algo: unas bolitas pequeñas hechas con la misma pasta o unas tiras como las de la imagen, aplanadas con el rodillo de amasar.

Ponemos el horno a calentar antes de introducirla -por arriba y por abajo a unos 200 grados- y mientras que calienta batimos un huevo y lo untamos por toda la parte superior de la empanada para que quede dorada. Esto se hace con ayuda de una brocha que sólo se utilizará para cosas de cocina, aunque en su defecto se puede usar una cuchara o un trozo de papel de cocina, pero no queda igual. Acto seguido se mete al horno y se pone a calentar sólo por abajo a unos 180 grados.

¿Cuando está lista? Cuando se despegue totalmente de los bordes del molde. Si está demasiado clara por encima se pone un poco el gratinador con mucho ojo de que no se queme. Cuando se dore, se saca del horno y con mucho cuidado de no quemarse, se saca del molde y se pone en una bandeja. Esto se hace más fácil si se utilizan dos bandejas: una para sacarla que se aplica contra el molde en que se ha cocinado y otra para posarla que sustituirá al molde. ¡Mucho ojo que hay riesgo de quemarse al darle la vuelta!

¿Por qué hay que sacarla? Porque si no se hace, el relleno empapará toda la pasta de abajo y quedará babosa.

Recomendaciones:

  • Al igual que de bonito, se puede hacer de sardinas. Personalmente, odio encontrarme las espinitas.
  • A la de bonito se le puede añadir una lata de mejillones en escabeche. Queda muy sabrosa, aunque hay que tener en cuenta los gustos del personal que alguno se nos puede quedar sin probarla ;-)
  • La pasta se puede utilizar también para hacer empanadillas de freír. Se rellenan de la misma manera pero se pasan por la sartén tras hacer una media luna rellena.
  • Suele sobrar pasta al hacer la empanada. Puede dar para otra pequeñita o para algo pequeño: un bollo preñao con un chorizo o unos cachos de jamón o tocino, o incluso admite dulce. Probé con un trozo que sobró a meterlo al horno relleno de manzana troceada y estaba buenísimo, aunque con un trozo de queso fresco con otro de dulce sabe a gloria.
  • La levadura de panadería se encuentra en cualquier sitio que venda pan y lo haga. Se vende al peso o por bloque completo y se puede congelar, aunque lo mejor es hacerlo en dados porque es más sencillo cortarlo antes que después de que este congelado. De todos modos, si no se encuentra, se puede utilizar levadura normal.
  • Se puede utilizar tomate fresco, pero se ahorra trabajo con el que viene triturado.
  • Al segundo día está muuuucho más rica que recién hecha.
La empanada de la foto quedó mal cerrada por un lado y por eso se salió el relleno. También quedó mal untada de huevo y por ello queda como a trozos más o menos dorados. Es lo que pasa por no usar una brocha...

Y ahora que viene el buen tiempo -creo-: a darle a la empanada los fines de semana.

¡Que aproveche!

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9 Comments:

Blogger Silvia F.Keros said...

Qué buena pinta!!!! Creo que antes de 15 días intentaré hacerla!!! Ñam! Qué hambreme ha entrado (no se pueden ver cosas de comida a depende qué horas).

12 de febrero de 2008, 12:12  
Blogger Lolita Blahnik said...

ay! que rico, por favor... gracias por compartir la receta

12 de febrero de 2008, 17:53  
Blogger Hiroshige said...

Keros pues dale que está de muerte. Si dudas en algo pregúntame ;-)

Lolita, que menos que compartir las cosas ricas :-)

12 de febrero de 2008, 18:53  
Blogger Montse said...

Madre mia que buena pinta. Muchas gracias por la receta y por todos los consejos,de momento no puedo hacerla por lo del regimen pero cuando pueda comer harina o hidratos me hago una aunque sea pequeñina.Que rica!!!!!! dios!

12 de febrero de 2008, 23:20  
Blogger Hiroshige said...

Jeje, es "de régimen" ;-)

12 de febrero de 2008, 23:52  
Anonymous Anónimo said...

¡Madre! No pongas esto que luego me dicen que lo haga yo... Y la intoxicación podría ser enorme...

13 de febrero de 2008, 19:44  
Blogger Hiroshige said...

Mmm, si la dejas varios días fuera de la nevera, seguro que intoxicas a alguien, si no, no creo ;-)

13 de febrero de 2008, 20:41  
Anonymous Anónimo said...

Estará estupenda no lo dudo pero tiene tanto de empanada gallega como Obama... El relleno es el de una empanadilla de bonito! En Galicia JAMAS JAMAS le ponemos TOMATE A LA EMPANADA. Eso es una empanadilla!

24 de noviembre de 2008, 14:34  
Blogger Hiroshige said...

Anónimo, pues tienes razón que la receta original que me dio mi tía gallega de Vigo no llevaba tomate, pero como a mi me resultaba muy seca, decidí que estaba mejor con tomate y el nombre no deja de ser un homenaje a mi tía, que fue la que me comunicó la receta.

24 de noviembre de 2008, 14:39  

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