Flor y nata (montada)
Hay que ver lo que son las cosas en este mundo o lo que pueden llegar a ser.
Desde pequeña te educan para ser la perfecta ama de casa, la madre perfecta, la mujer perfecta.
Te mandan a recibir una educación y, aun con esas, hay a quien la educación no le sirve más que para leer las revistas del corazón, conjuntar los colores de bolso y zapatos y poco más, aunque para maquinar salvajadas...
Es curioso, pero este mes es la segunda vez que veo a alguien del pasado. Sería cruel decir que se veía venir, pero las cosas son como son y en algunos casos, al principio, no se ve a simple vista, pero el hecho está implícito en el detalle de la conducta.
Tenemos dos perfiles:
Y en la diferencia, se haya la igualdad: ambas recurrieron a la consecución de la estabilidad vital reventándole la vida a alguien, o lo que comúnmente sería la versión femenina del "bragetazo" pero añadiendo un paquete con cláusula de obligatoriedad al paquete general.
El perjudicado: la futura persona que va en el carrito, que sin comerlo ni beberlo vivirá las desavenencias de un matrimonio de conveniencia por razones de moralidad radicadas en tiempos pretéritos.
¿Mal pensar? No, conocimiento de causa y un cruce de miradas en la calle ante la escena del amargado al lado de la orgullosa empujadora del carrito con el nene.
Ir de divina, aunque no sepas dónde tienes la mano derecha y que tu máxima aspiración en la vida sea encontrar a alguien que te mantenga y te pague los vicios -y te pegue poco-, no puede ser bueno. Unas lo confiesan, otras no pero se ve a leguas...
A mi estas cosas es que no me entran en la cabeza, pero por lo que se ve es más común de lo que parece. Si ya hasta me parecen normales las cosas que pasan en One Three Hill, y tiene webos la cosa.
¿Seré rara por aspirar a un curro para poder mantenerme yo misma?
No lo sé, pero este tipo de cosas no me merecen ningún respeto. Aunque ojo, que hay están también las honrosas excepciones que lo abandonan todo para tener descendencia.
Bien por ellas.
Desde pequeña te educan para ser la perfecta ama de casa, la madre perfecta, la mujer perfecta.
Te mandan a recibir una educación y, aun con esas, hay a quien la educación no le sirve más que para leer las revistas del corazón, conjuntar los colores de bolso y zapatos y poco más, aunque para maquinar salvajadas...
Es curioso, pero este mes es la segunda vez que veo a alguien del pasado. Sería cruel decir que se veía venir, pero las cosas son como son y en algunos casos, al principio, no se ve a simple vista, pero el hecho está implícito en el detalle de la conducta.
Tenemos dos perfiles:
- Perfil 1: mujer, 30, clase media-alta, educación formativa superior plenamente abandonada, vida plenamente acomodada gracias a los padres.
- Perfil 2: mujer, 30 y pocos, clase media, educación formativa media, vida extrañamente acomodada gracias a vaya usted a saber.
Y en la diferencia, se haya la igualdad: ambas recurrieron a la consecución de la estabilidad vital reventándole la vida a alguien, o lo que comúnmente sería la versión femenina del "bragetazo" pero añadiendo un paquete con cláusula de obligatoriedad al paquete general.
El perjudicado: la futura persona que va en el carrito, que sin comerlo ni beberlo vivirá las desavenencias de un matrimonio de conveniencia por razones de moralidad radicadas en tiempos pretéritos.
¿Mal pensar? No, conocimiento de causa y un cruce de miradas en la calle ante la escena del amargado al lado de la orgullosa empujadora del carrito con el nene.
Ir de divina, aunque no sepas dónde tienes la mano derecha y que tu máxima aspiración en la vida sea encontrar a alguien que te mantenga y te pague los vicios -y te pegue poco-, no puede ser bueno. Unas lo confiesan, otras no pero se ve a leguas...
A mi estas cosas es que no me entran en la cabeza, pero por lo que se ve es más común de lo que parece. Si ya hasta me parecen normales las cosas que pasan en One Three Hill, y tiene webos la cosa.
¿Seré rara por aspirar a un curro para poder mantenerme yo misma?
No lo sé, pero este tipo de cosas no me merecen ningún respeto. Aunque ojo, que hay están también las honrosas excepciones que lo abandonan todo para tener descendencia.
Bien por ellas.
Etiquetas: crónica social, exorcismos
3 Comments:
ay, nena, es que hay más gente de la que pensamos a la que le gusta poquito arrimar el hombro... y si encima, las mantienen, mejor que mejor, porque ya no se lleva aquello de 'Contigo pan y cebolla'....
Un abrazo
La verdad es que hay mucha gente así. Siempre me he preguntado como son capaces de mirarse al espejo.
Sólo de pensar vivir una vida basada sólo en mi conveniencia a consta de engañar a otra persona me parece lo más patético.
Que triste, nuestra vida es única y cuando pasa se acabó, ya no hay mas, tirarla a la basura de esa forma es muy triste.
Keros, pues ya te digo...
Rastreador, está claro que se miran al espejo y se remiran porque han conseguido su gran meta en la vida. En lo de tirar la vida a la basura, tienes toda la razón del mundo pero está claro que hay gente para todo.
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