Pies derechos
Toda la vida pensé que lo peor que te podía pasar -en los pies- era que todos los zapatos te hiciesen daño y que además, fueras mujer y te gustasen los tacones de vértigo. Después de eso, lo peor "peor" era ver unos zapatos de esos que te generan babas en un escaparate, pasar tooodos y cada uno de los días varias veces por delante del mismo, hasta que un día decides entrar y probártelos. No te los vas a comprar y lo sabes, pero... ¡Son tan bonitos! Y lo haces, pero les sacas cualquier defecto para no llevártelos a casa y en días siguientes sigues pasando frente al escaparate con esos preciosos zapatos y... un buen día decides que los quieres. Entras y... ya no los hay. Alguien a comprado el último par. Mala suerte, por esperar tanto.
¿Pero a que nunca nadie del género femenino -en el masculino no hay tanta variedad donde escoger- ha pensado que puede haber algo peor? Pues lo hay: ir a una tienda de deportes a comprar unos playeros.
Sí, esas zapatillas de deporte horripilantes que incorporan los últimos avances para todo tipo de cosas que nunca sabes lo que son pero que son tremendamente útiles para que camines correctamente en el desarrollo de... ¿ir al gimnasio a intentar perder unos kilitos?
De mano llegas al establecimiento, te buscas la zona de zapatillas depotivas y cuando por fin la encuentras sólo hay botas de montaña... Pues no, más allá hay... botas de baloncesto. Un poco más allá... deportivas de ¿futbito? Uf, y por fin, tras tres millones de estanterías repletas de playeros que hasta muelles traen en la suela -no descarto que hubiera alguno con Flubber incrustado en la suela para jugadores de baloncesto- los encuentras: la sección de deportivas para nada en concreto.
¡Por fin! piensas con una sonrisa en la cara, pero qué feos son los muy cabrones. Que si reflectante, colores fosforito... La última vez que tuve unos playeros con este colorido caminaba asustada porque veía algo "brillante" que me saltaba a la altura de debajo de las rodillas, en el resquicio inferior del campo de visión mirando al frente, cada vez que daba un paso... Hasta que te acostumbras.
Localizas unos que podrían pasar y... ¡JO-DER! Qué pedazo de precio para un puñetero trozo de plástico y poco más... Los posas, sigues buscando... Y llega la dependienta especialista en la sección de los playeros para nada en concreto.
- Hola, ¿te ayudo?
Y como digas que sí, ya la jodiste. ¿A que no sabían ustedes que hay playeros de para nada en concreto para diferentes tipos de pisadas? Pues sí, y eso duele.
-¿Y tú como pisas?
-Mmmmm, coime, con la planta del pie, como todo el mundo, ¿no?
Pues no. Por lo visto, no todo el mundo pisa de la misma manera y hay gente que tiende a lanzar su pie más para un lado que para otro y hay otra gente, de los que presuponemos usaron zapatos ortopédicos en el colegio, que deben de pisar correctamente. Vamos, lo que se llama ser pronador, supinador o... normalillo. Vamos que o desgastas las suelas por la parte de fuera, por la de dentro o de igual manera por ambas. ¡Y eso aplicado a los playeros es un mundo!
Vamos, que supinadora que es una, acaba comprándose lo que cree que son unos zapatos de pisada neutra para descubrir que hasta que desgaste la suela por el exterior, le dará la sensación de que pisa cual pato con los tobillos inclinados hacia adentro y el consiguiente estado de... ¿extrañeza?¿Confusión? ¿La intriga de si realmente no te vendieron unos zapatos con suplemento para corregir la pisada?
Conclusión: nunca, pero NUNCA, al comprar unos tacones me preguntaron que de qué manera pisaba, y NUNCA NUNCA tuve esa sensación de pato mareao, con cámara de aire pero mareao al fin y al cabo, con unos pedazo tacones. Eso sí, de las ampollas no me libra nadie, pero la pisada, perfectísima.
Y luego dicen que los tacones son malos...
¿Pero a que nunca nadie del género femenino -en el masculino no hay tanta variedad donde escoger- ha pensado que puede haber algo peor? Pues lo hay: ir a una tienda de deportes a comprar unos playeros.
Sí, esas zapatillas de deporte horripilantes que incorporan los últimos avances para todo tipo de cosas que nunca sabes lo que son pero que son tremendamente útiles para que camines correctamente en el desarrollo de... ¿ir al gimnasio a intentar perder unos kilitos?
De mano llegas al establecimiento, te buscas la zona de zapatillas depotivas y cuando por fin la encuentras sólo hay botas de montaña... Pues no, más allá hay... botas de baloncesto. Un poco más allá... deportivas de ¿futbito? Uf, y por fin, tras tres millones de estanterías repletas de playeros que hasta muelles traen en la suela -no descarto que hubiera alguno con Flubber incrustado en la suela para jugadores de baloncesto- los encuentras: la sección de deportivas para nada en concreto.
¡Por fin! piensas con una sonrisa en la cara, pero qué feos son los muy cabrones. Que si reflectante, colores fosforito... La última vez que tuve unos playeros con este colorido caminaba asustada porque veía algo "brillante" que me saltaba a la altura de debajo de las rodillas, en el resquicio inferior del campo de visión mirando al frente, cada vez que daba un paso... Hasta que te acostumbras.
Localizas unos que podrían pasar y... ¡JO-DER! Qué pedazo de precio para un puñetero trozo de plástico y poco más... Los posas, sigues buscando... Y llega la dependienta especialista en la sección de los playeros para nada en concreto.
- Hola, ¿te ayudo?
Y como digas que sí, ya la jodiste. ¿A que no sabían ustedes que hay playeros de para nada en concreto para diferentes tipos de pisadas? Pues sí, y eso duele.
-¿Y tú como pisas?
-Mmmmm, coime, con la planta del pie, como todo el mundo, ¿no?
Pues no. Por lo visto, no todo el mundo pisa de la misma manera y hay gente que tiende a lanzar su pie más para un lado que para otro y hay otra gente, de los que presuponemos usaron zapatos ortopédicos en el colegio, que deben de pisar correctamente. Vamos, lo que se llama ser pronador, supinador o... normalillo. Vamos que o desgastas las suelas por la parte de fuera, por la de dentro o de igual manera por ambas. ¡Y eso aplicado a los playeros es un mundo!
Vamos, que supinadora que es una, acaba comprándose lo que cree que son unos zapatos de pisada neutra para descubrir que hasta que desgaste la suela por el exterior, le dará la sensación de que pisa cual pato con los tobillos inclinados hacia adentro y el consiguiente estado de... ¿extrañeza?¿Confusión? ¿La intriga de si realmente no te vendieron unos zapatos con suplemento para corregir la pisada?
Conclusión: nunca, pero NUNCA, al comprar unos tacones me preguntaron que de qué manera pisaba, y NUNCA NUNCA tuve esa sensación de pato mareao, con cámara de aire pero mareao al fin y al cabo, con unos pedazo tacones. Eso sí, de las ampollas no me libra nadie, pero la pisada, perfectísima.
Y luego dicen que los tacones son malos...
Imágenes de Calamity Jen, The IT Crowd.
Etiquetas: curiosidades, Diarreas mentales
5 Comments:
je,je,je, yo he sufrido eso. A mi novio le encantan los playeros, y cuando he ido con el, es el el que me pregunta "hacia donde va mi pie cuando ando?" :-)
contigo totalmente, además son feos ¿alguien ha visto algún playero bonito? ¿alguien se qeuda mirando los escaparates de playeros día sí día también? Yo a muerte con los zapatos
Laurix, X-DDDDD Pues que no lo sepa tu novio x'D Esta claro que si no es por nosotras...
Anita, pues nunca vi a nadie babeando delante de un escaparate de playeros x-D
Son feos y grandes. Yo llevo un 41 - 42, sabes lo enormes que se ven? De vez en cuando los encuentro de color negro, y si no me hacen parecer un pato los compro. Por lo general voy con sandalias 10 meses al año :)
Suerte que tienes Pilar de poder usar sandalias 10 meses al año. Aquí casi que no y a mi como me hacen daño todos... pues ni playeros ni leches a veces :-(
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