Portugal 2008, parte I: el viaje hasta Peniche
Una vez más fuimos a visitar el país vecino y espero que no sea la última porque cada vez que voy, algo mio se queda por aquellas tierras y como que lo echo de menos...
La vez anterior había sido un viaje cortito a Lisboa que nos llevó hasta Sintra, el Cabo da Roca y poco más. Esta vez, la cosa fue más larga, casi hasta el punto de la extenuación porque es increíble el ir de vacaciones a un lugar y no saber qué mirar porque en cada sitio que posas la vista hay algo interesante y que merece la pena ser visto o visitado. Así es que, en jornadas de madrugones tremendos -7'30 en pie, 8 en la calle, por eso de los horarios europeos-, acaba uno al cabo de unos cuantos días a la muerte. Vamos, que se necesitan vacaciones de las vacaciones.
La idea era partir en coche desde casa hasta Peniche e ir subiendo por la costa y visitando las cosas interesantes que se encontraban por el camino, como Coimbra, Braga, Aveiro, Oporto, Braganza y Guimaráes y alguna otra que fijo que se me escapa. Así que como la cosa da para mucho, unas 1200 fotos, vamos a dejarlo para varias entradas y partirlo en varios temas diferentes.
Al hacer una entrada norte sur, el madrugón es requerido. Pese a estar en septiembre, en tierras castellanas aun se sufre bajo el calor del mediodía y la tarde. A la hora de la comida, abandonadas las autopistas, el camino se puede hacer un poco más largo, pero se ven más cosas, como por ejemplo el pueblo de San Felices de los Gallegos que nos sorprendió con un castillo de esos que tanto nos gustan y un casco histórico que merece la pena visitar. La pena: no era el día de visita del castillo y no pudimos entrar. Si se pudo visitar la iglesia, que es una amalgama de construcciones de varios estilos diferentes y que no aparenta en absoluto por fuera lo que es por dentro. Merece la pena la parada y en el pueblo hay varios bares donde se puede tomar un café y la socorrida visita al baño. Para que nos vamos a engañar...
Imágenes del castillo, entrada a la muralla e interior y exterior de la iglesia de San Feliz de los Gallegos:
La vez anterior había sido un viaje cortito a Lisboa que nos llevó hasta Sintra, el Cabo da Roca y poco más. Esta vez, la cosa fue más larga, casi hasta el punto de la extenuación porque es increíble el ir de vacaciones a un lugar y no saber qué mirar porque en cada sitio que posas la vista hay algo interesante y que merece la pena ser visto o visitado. Así es que, en jornadas de madrugones tremendos -7'30 en pie, 8 en la calle, por eso de los horarios europeos-, acaba uno al cabo de unos cuantos días a la muerte. Vamos, que se necesitan vacaciones de las vacaciones.
La idea era partir en coche desde casa hasta Peniche e ir subiendo por la costa y visitando las cosas interesantes que se encontraban por el camino, como Coimbra, Braga, Aveiro, Oporto, Braganza y Guimaráes y alguna otra que fijo que se me escapa. Así que como la cosa da para mucho, unas 1200 fotos, vamos a dejarlo para varias entradas y partirlo en varios temas diferentes.
Al hacer una entrada norte sur, el madrugón es requerido. Pese a estar en septiembre, en tierras castellanas aun se sufre bajo el calor del mediodía y la tarde. A la hora de la comida, abandonadas las autopistas, el camino se puede hacer un poco más largo, pero se ven más cosas, como por ejemplo el pueblo de San Felices de los Gallegos que nos sorprendió con un castillo de esos que tanto nos gustan y un casco histórico que merece la pena visitar. La pena: no era el día de visita del castillo y no pudimos entrar. Si se pudo visitar la iglesia, que es una amalgama de construcciones de varios estilos diferentes y que no aparenta en absoluto por fuera lo que es por dentro. Merece la pena la parada y en el pueblo hay varios bares donde se puede tomar un café y la socorrida visita al baño. Para que nos vamos a engañar...
Imágenes del castillo, entrada a la muralla e interior y exterior de la iglesia de San Feliz de los Gallegos:
Unas horas más tarde, arribamos al destino: Peniche.
Peniche era una isla que se acabo uniendo al continente y hoy en día alberga un "pequeño" pueblo con un casco histórico interesante, un fuerte a pie de acantilado e iglesias varias. Dentro del fuerte se encuentra el Museo de la Ciudad, donde se puede contemplar una muestra de la evolución del asentamiento humano en la zona, con vestigios prehistóricos incluidos, una colección de arte y exposiciones sobre distintos temas, así como un recorrido por la vida carcelaria del fuerte durante la dictadura, los oficios tradicionales y muchas cosas más.
Vistas de la entrada del fuerte y del puerto desde su interior
Peniche desde el fuerte
Pero principalmente se conoce a Peniche por Supertubos, la playa situada al sur de la pequeña península. Cuando llegamos, la cosa era idílica: pequeñas olas, playa kilométrica de arenas blancas... y un viento huracanado que prometía olas de 4 metros para el día siguiente. Vamos, lo que viene siendo el paraíso del surfero, y no en vano es precisamente eso lo que ha situado a esta playa en los mapas.
Voy a dejar sólo unas imágenes del sitio y a ver si Morfeo cuenta algo de Supertubos. Si no, lo intentaré yo.
Playa, al sur y al norte, con Peniche al fondo.
Al día siguiente la cosa se puso "burra" y además de atrevidos en el agua, había toda una multitud de seguidores viendo el espectáculo. Era digno de ello, sin duda.
Y lo esencial:
Peniche era una isla que se acabo uniendo al continente y hoy en día alberga un "pequeño" pueblo con un casco histórico interesante, un fuerte a pie de acantilado e iglesias varias. Dentro del fuerte se encuentra el Museo de la Ciudad, donde se puede contemplar una muestra de la evolución del asentamiento humano en la zona, con vestigios prehistóricos incluidos, una colección de arte y exposiciones sobre distintos temas, así como un recorrido por la vida carcelaria del fuerte durante la dictadura, los oficios tradicionales y muchas cosas más.
Vistas de la entrada del fuerte y del puerto desde su interior
Peniche desde el fuerte
Pero principalmente se conoce a Peniche por Supertubos, la playa situada al sur de la pequeña península. Cuando llegamos, la cosa era idílica: pequeñas olas, playa kilométrica de arenas blancas... y un viento huracanado que prometía olas de 4 metros para el día siguiente. Vamos, lo que viene siendo el paraíso del surfero, y no en vano es precisamente eso lo que ha situado a esta playa en los mapas.
Voy a dejar sólo unas imágenes del sitio y a ver si Morfeo cuenta algo de Supertubos. Si no, lo intentaré yo.
Playa, al sur y al norte, con Peniche al fondo.
Al día siguiente la cosa se puso "burra" y además de atrevidos en el agua, había toda una multitud de seguidores viendo el espectáculo. Era digno de ello, sin duda.
Y lo esencial:
- Dónde quedarse por esta zona: se puede acampar libremente en la orilla de la playa, pero si se busca un poco más de comodidad, existen numerosos hoteles en Peniche mismo un pelín más caros que en las zonas de las afueras. Por ejemplo, en Atouguia da Baleia, el Hotel Rural A Coutada, ofrece habitaciones por 45 euros con desayuno, parking y wifi. Está a unos 8 kilómetros pero está bien indicado. Sus instalaciones son un pelín viejas pero muy limpias, es muy tranquilo y tiene piscina y restaurante por si está uno muy cascado de tanto surf y turismo.
- Dónde comer: claramente en la zona del puerto de Peniche. Balcalhau en todas sus variedades con los ojos cerrados.
Etiquetas: callejeando, mundo, turismo
4 Comments:
Buen viajecito te has marcado, así me gusta, que disfrutes y despejes la mente, ya vendrá la hora de estudiar, estudiar y más estudiar, me alegro mucho por tí lo mereces y por supuesto Manu también, por cierto ya estoy operada de la mano serecha, mañana lunes voy a mi primera cura, ya te contaré, lo pasé mal en la operación, no me sedaron total, y como solo me durmieron la mano, creo que se precipitaron y cuando empezaron a cortar y tocar nervios y tendones, les dije que me dolía mucho, en fin ya pasó, espero quedar de bien como la mano izquierda, ya ves hace 3 días y escribo perfectamente, por cierto como está tu mamá, me acuerdo de ella, cuando tengo dolores contínuos, manos rodillas, espalda, en fín que me imagino a tu mamá con tantos padecimientos que tiene como debe sufrir, mándale besitos de mi parte, y mímala todo lo que puedas, no sabes como se agradece un achuchón cuando lo estás pasando mal.Mil besos para ti.
Qué viaje!! Tengo muchas ganas de ir a conocer la parte de Porto y un poquito más al norte, que tengo unos primos allí y aún no lo conozco!
Ohhh, que peazo de viaje por favor!!!!
Cheche, es que Portugal que está ahí al lado es una fuente de cositas para ver :-)
Alex, Porto en sí no llevamos a conocerlo, sólo de pasada, pero el caos circulatorio que había -o quizás el cansancio que llevaba ya- me hizo preferir un lugar más suave y acabamos en Braga. No dejes de ir porque te va a encantar Portugal vayas a donde vayas.
Pilar, me falta el de ir a verte ;-)
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