jueves, 2 de julio de 2020

Bichos

Pues estoy pensando que el tema de los dinosaurios va a ser cosa de un bichejo, no de un leñazo.
Para prueba: año 2020 y todo el mundo en una pandemia como no se había visto nunca.

Cuéntame algo nuevo.

Pues echo de menos el confinamiento, qué queréis que os diga. Ese silencio perturbador de la calle con todos acojonados en casa fue un momento maravilloso.

Nunca antes vi ni disfruté tanto de los cantos de los pájaros. Más que nada porque en condiciones normales no se escuchan entre el bullicio de la calle.

Es curioso, llega uno a pensar en el virus y se da cuenta de que el verdadero virus somos nosotros, no una enfermedad que aparece de repente y causa estragos entre la población.

Cómo era eso?

Fase 1, negación

No tengo claro haber pasado por ello, será porque vivo en un perpetuo estado de hipocondria en la que la nueva normalidad es mi mundo habitual.

Fase 2, indiferencia
El tema del aislamiento no me supuso ninguna calamidad ni generó crisis ninguna... Será porque ya era asocial antes de esto y simplemente lo vi como una generalización de mis hábitos de "distancia social".

"Fase 3, depresión"
Mira, no puedo. Yo ya voy puesta desde hace muuuuchos años así que ésto como que me da un poquito la risa.

Fase 4, aceptación

¿Aceptar el qué? ¿Que a partir de ahora nada va a ser igual? ¿Que todos por la calle con mascarilla?
 ¿Que es imposible en las películas de sucesos apocalípticos y catastrofes findemundistas, que cuando la peña se quita la máscarilla, no tengan una sudada de tres pares de cojones, vamos, como en la nueva normalidad...

El mundo ha cambiado de repente. Si fuéramos protagonistas de una novela, diría que hemos atravesado una Crisis Seldon para pasar al siguiente estado evolutivo de la sociedad. Vamos, si queda alguien para contarlo...

Mientras se decide el tema, seguiré tocando el ukelele, que si lo afinas bien, no da penita y "eleva el alma" gracias al sonido buenrollista.... Que pro, dios mío.

Etiquetas: ,