Días contra la violencia, a secas
Y es que decir que la violencia es de género o de cualquier otra cosa, es caer en eufemismos. Desde mi punto de vista, todas estas manifestaciones pro-defensa de las mujeres maltratadas no sirven de nada ya que mejor se hacía por solucionar la situación de las que resultan agredidas antes de que el hijoputa -así sin camuflajes y sin aludir a sus madres que no tienen culpa de nada- de turno acabe matándolas. Continuamente veo paripés y teatros varios, concentraciones, manifestaciones y minutos de silencio. ¿Y de qué vale todo esto? Si quien lleva las hostias, ya las llevó y las seguirá llevando... Yo abogaría un poco más por medidas efectivas y publicaría en periódicos y tablones de anuncios las fotografías de todo aquel que se proclame como tal, para ver si la vergüenza que no tiene en casa le aparece cuando se cruce con su propia foto por la calle con un cartel de “maltratador”, pero no sólo de los que pegan a la mujer, si no también de todos aquellos violentos que se creen algo por ponerle la mano encima a cualquiera, sea un perro o un ser humano, y no son más que una mierda.
Un día salía del cine y presencié cómo una mujer llevaba golpe tras golpe de su “creo que” marido. Y cuanto más la pegaba, ella más se abrazaba a él. Tremendo espectáculo ante una atónica multitud que no decía ni palabra. No pude por más que decir un “menudo paisano yes” que no sirvió de nada, ya que parece ser que algo nos ciega, que nos hace defender a quien nos mata.
Las mujeres somos tontas, eso está claro, y es que si te pone la mano encima una vez no es porque lo hayas provocado tú, si te maltrata verbalmente, no es porque le guste gastar bromas, si te deja después de muchos años y no da razones no es culpa tuya, es que no te quiere. Cuando mi wela era joven, esas cosas no se veían y la mujer callaba y aguantaba, pero ahora los tiempos cambian y lo que no me acaba de entrar en la cabeza es que haya energúmenos que crean que una persona es una propiedad y que con ella hacen y deshacen. Con este tipo de gentuza, puede ser duro, pero a la primera hostia recibida, si se contestara con un sartenazo literal en la cabeza, a lo mejor solucionábamos algo. Va a haber que volver a la ley del Talión tal y como se están poniendo las cosas.
Ya que la violencia nos come por todos los lados, seas crío, adolescente, adulto o anciano, dejémonos de tonterías e intentemos solucionarlo desde el principio: educando en el respeto, que es lo que parece haber desaparecido últimamente.
Un día salía del cine y presencié cómo una mujer llevaba golpe tras golpe de su “creo que” marido. Y cuanto más la pegaba, ella más se abrazaba a él. Tremendo espectáculo ante una atónica multitud que no decía ni palabra. No pude por más que decir un “menudo paisano yes” que no sirvió de nada, ya que parece ser que algo nos ciega, que nos hace defender a quien nos mata.
Las mujeres somos tontas, eso está claro, y es que si te pone la mano encima una vez no es porque lo hayas provocado tú, si te maltrata verbalmente, no es porque le guste gastar bromas, si te deja después de muchos años y no da razones no es culpa tuya, es que no te quiere. Cuando mi wela era joven, esas cosas no se veían y la mujer callaba y aguantaba, pero ahora los tiempos cambian y lo que no me acaba de entrar en la cabeza es que haya energúmenos que crean que una persona es una propiedad y que con ella hacen y deshacen. Con este tipo de gentuza, puede ser duro, pero a la primera hostia recibida, si se contestara con un sartenazo literal en la cabeza, a lo mejor solucionábamos algo. Va a haber que volver a la ley del Talión tal y como se están poniendo las cosas.
Ya que la violencia nos come por todos los lados, seas crío, adolescente, adulto o anciano, dejémonos de tonterías e intentemos solucionarlo desde el principio: educando en el respeto, que es lo que parece haber desaparecido últimamente.
Etiquetas: crónica social, Diarreas mentales
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