lunes, 28 de mayo de 2007

Summa comportamentalia

Érase que se era, que se era, es, una República Bananera donde las longanizas crecen en los árboles -fórmula protocolaria establecida para la histórica bananérica de las leyendas propias- y las estructuras de mando piramidales a dedo designadas campaban a sus anchas. Un buen día, se dio la oportunidad al pueblo llano de conocer la ciencia por su mano y a la anciana zona un destacamento de la zona fue enviado, por el señor feudal de designación catastral capitaneado. ¡Pobres siervos malcriados! Que cuando faltaban dos horas, a por gominolas se escaparon. Al volver, habiendo ofendido al destacamento, que dos horas antes al lugar había llegado, a patadas fueron tratados.
- Mira por donde sabandija -decía el cique-, que si al meter la clavija, el asunto no engatilla...
- Vaya por dios, que llegáis pronto y encender un artefacto es cosa de dos minutos...
- ¿Y si la cosa falla? Par diez que te fusilo -mientras el etilo de su boca al siervo entumecía.
Y encendida fue la máquina, con gran luz contra la pared proyectada la señal, mientras que a la primera de cambio quiso el destino que con gran desatino, no engatillara la batería y el cacique se reía y la máquina volvía al sueño del apagado por pila descargado.
- Mira que todavía dos horas tenemos, a ver si no la jod*mos...
- Es cuestión de elección, que si no usásemos ventanas otro gallo cantaría...
- Mira que te fustigo, que esto parece que ni en dos horas...-y la clavija fue encajada y la máquina relanzada.
- ¿Ya está todo, ser infecto? Y para pasarlo, ¿cómo?
- Flecha arriba, flecha abajo. ¿Será comprensible u os hago un plano, majestad?
- Si es que hay dos que saben, por la mañana y cuando te de la gana -decía el elemento la mar de contento, arrastrando las flechitas como quien aparta palomitas...- Siervo, retírate antes de que te fustigue y no maldigas por lo bajo, que para servir estás dada tu calaña de procedencia, que antes de que se me acabe la paciencia, vamos a salir con el látigo en la mano -bramaba entre vapores de tintorro el jefe delegado.- No pasa nada, que si algo sale mal, a la parte de arriba, la culpa hemos de echar...
- ¿Seguro que no sería mejor a uno aquí dejar, no sea la fortuna -o el dedo descarriado- que algo no salga bien?
- ¡¡Que te largues rata burlona, que aquí es otro el informista y no tú el protagonista!!

Conclusión:

- Un portátil cochambroso: 600 euros
- Un cañón retroproyector: 800 euros
- Una bombilla de cañón retroproyector con una duración de unas X horas encendida que se pasa sola dos horas en una sala iluminando a los fantasmas: 300 euros

Ser un faltoso aunque no tengas ni puta idea de informática, no tiene precio.

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Creo que he encontrado la pelicula que me pediste. Se llama Horizontes Perdidos (Lost Horizon, es su título original) y la dirigió Frank Capra en 1937 con Ronald Colman y Jane Wyatt de protagonistas.
En esta dirección hay mas información: http://www.dvd-reviews.net/clasicos/dvdhorizontesperdidos.htm

28 de mayo de 2007, 21:15  
Anonymous Anónimo said...

xDDDDDDDD
muy buena entrada.

28 de mayo de 2007, 22:38  
Blogger Hiroshige said...

Es que los hay que no tenían que salir de casa -con el vino puesto o sin él-, que luego encima pasa lo que pasa... ;-)

28 de mayo de 2007, 22:44  

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