martes, 31 de julio de 2007

Crónica de una muerte anunciada

Hubo un incendio, costaba apagarlo, costaba aun más arreglarlo pero se arreglaría y ahora no es rentable y se cierra definitivamente.
Menos mal que los terrenos seguirán siendo para uso industrial, aunque un campo de golf no sé que tendrá de industrial... Será que van a poner la fábrica de pelotas en la zona.

¿A quién se quiere engañar poniendo una pinza en la nariz cuando algo huele a podrido?

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3 Comments:

Blogger Lolita Blahnik said...

Si, es que hay mucho sinverguenza suelto... ya ves, nosotros tambien nos estamos quemando por aqui abajo, que injusto, que tristeza, se me parte el corazon cuando veo a mis vecinos abandonar sus casas, a la fuerza, porque se resisten hasta el final a abandonar todo lo que tienen... Que pena todos mis recuerdos en los pinares, desde que era una ratilla mi padre, ex-montañero me llevaba a la cumbre...

31 de julio de 2007, 15:30  
Anonymous Anónimo said...

Yo estoy indignadísima por algo menos grave pero creo que si empiezo a soltar mi lengua soltaré tales improperios contra esta m@##~~ de país de g@#@#@#....

2 de agosto de 2007, 8:59  
Blogger Hiroshige said...

Lolita, es doloroso verlo. El año pasado me rozó levemente en la casa de Castilla, pero fue un descuido y no algo a propósito. Aunque ningún vecino llamó a los bomberos -por muy enfrente del incendio que estuvieran-, fue bueno ver como cuando alguien llega gritando y con los pocos barreños que tiene en casa, todos se pusieran a echar una mano aunque fuera por mera culpabilidad de no mover los brazos para apagarlo mientras los de fuera si lo hacían.

Velice, desahógate que ye gratis por el momento...

13 de agosto de 2007, 20:36  

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