6 euros
Llevo años -aproximadamente tantos como tengo y fui capaz de coger un lápiz- diciendo que no sé pintar con colores. Siempre que lo intentaba, la armaba. Así que dejé de intentarlo de forma física desde que tuve un ordenador con un programa de dibujo o retoque fotográfico y ahí la cosa empezó a funcionar, pero en la parte física seguí diciendo lo mismo: no sé pintar con colores.
Un buen día vas a un supermercado y ves un kit de pintor en oferta compuesto por un pequeño atril, una caja de colores, una paleta y tres pinceles. "Ese atril sirve perfectamente para sujetar libros o documentos cuando paso cosas al pc y por 6 euros...", piensas. Y lo compras.
Otro buen día dices "bueno, ya que está esto aquí no voy a tirarlo, así que voy a probar" y te asustas del resultado. Y compras otro lienzo. Sigues pintando y vuelves a asustarte. Y compras el maletín de pintor, más pinceles, aceite para diluir óleos y, cuando menos te lo esperas, resulta que estás pensando en comprar pasta para modelar relieves en el lienzo y tienes mono de seguir pintando. Porque, como cuando juegas demasiado al tetris y cierras los ojos que ves caer piezas que encajan a la perfección, cuando cierras los ojos sueñas que pintas.
Entonces, y sólo entonces, te das cuenta de que nos vemos a nosotros mismos como alguien incapaz de realizar cosas que sí puede hacer porque en algún momento de su vida algo le impidió hacerlo por primera vez y nunca más lo intentó. Cosas que los demás ven en ti mucho más allá de lo que tú mismo puedes ver. Te sorprendes. Mucho. Muchas veces.
Pero a veces te entran otro tipo de dudas como por ejemplo:
Un buen día vas a un supermercado y ves un kit de pintor en oferta compuesto por un pequeño atril, una caja de colores, una paleta y tres pinceles. "Ese atril sirve perfectamente para sujetar libros o documentos cuando paso cosas al pc y por 6 euros...", piensas. Y lo compras.
Otro buen día dices "bueno, ya que está esto aquí no voy a tirarlo, así que voy a probar" y te asustas del resultado. Y compras otro lienzo. Sigues pintando y vuelves a asustarte. Y compras el maletín de pintor, más pinceles, aceite para diluir óleos y, cuando menos te lo esperas, resulta que estás pensando en comprar pasta para modelar relieves en el lienzo y tienes mono de seguir pintando. Porque, como cuando juegas demasiado al tetris y cierras los ojos que ves caer piezas que encajan a la perfección, cuando cierras los ojos sueñas que pintas.
Entonces, y sólo entonces, te das cuenta de que nos vemos a nosotros mismos como alguien incapaz de realizar cosas que sí puede hacer porque en algún momento de su vida algo le impidió hacerlo por primera vez y nunca más lo intentó. Cosas que los demás ven en ti mucho más allá de lo que tú mismo puedes ver. Te sorprendes. Mucho. Muchas veces.
Pero a veces te entran otro tipo de dudas como por ejemplo:
Si veo la vida de una manera tan sumamente cochambrosa,
¿cómo pueden pintar cosas tan sumamente naif?
¿cómo pueden pintar cosas tan sumamente naif?
Versión propia de la obra homónima de Nguyen Minh Son.
Es que no me lo explico. Y todo por culpa de 6 míseros euros.
Etiquetas: apaños, arte, Diarreas mentales, retazos de mi vida
5 Comments:
Te ha quedado muy bien el cuadro... no, si está claro que siempre nos ponemos trabas a nosotras mismas... ¡porque se te da genial!
Me encanta el cuadro! Además me has hecho plantearme que debería intentar pintar, que yo siempre he sido de las que pensaba que era algo imposible. Pero tienes razón, por intentarlo que no quede...
dandole vida al color, dandole color a la vida :).
Muy cierto eso de que aveces somos nosotros los que nos limitamos.
Esos malditos miedos internos.
Fifilota, vas a sacarme los colores, gracias :-D
Laurix, no te lo pienses dos veces que ya son demasiadas -y quiero ver fotos de resultados- ;-)
Jack, los miedos internos son lo peor, pero si logras tirar palante...ahí se quedan muchas veces.
Eso sí, hay una cosa que intenté y que no repetiré: nunca volveré a hacer descenso de cañones.
¡Dios, me encanta!
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