Pies-zapatos / zapatos-pies
Lo lógico es que el pie se adapte al zapato y no al revés, pero en el caso de que se tenga que hacer al revés lo que no se ha de hacer es lo siguiente:
- Recomponerse de arriba a abajo y ponerse los zapatos que te compraste el invierno pasado sin estrenar, tras llevar tres meses andando en chanclas y bailarinas.
- Creer que el apaño habitual de poner un esparadrapo pegado donde te suelen hacer daño los zapatos va a ser la solución a las futuras y muy posibles rozaduras.
- Ir de compras con tus repinpantes tacones nuevos.
- Salir de compras y proceder a sacar con sacacochos los pies de los zapatos, con ciudadín de no morir de dolor por las ampollas.
- Colocar apósito para angüeñas taloneras.
- Seguir caminando -lo mínimo y cual Chiquito de la Calzada- para notar que ya no sientes los talones pero que te están empezando a salir otras calamidades en todos dedos de los pies.
- Llegar a casa y notar que no puedes quitarte los zapatos sin que las estrellitas de los dibujos animados bailen en torno a ti.
- Frío intenso (caminar o al menos intentarlo, descalza por un suelo cerámico).
- Cuidados extremos para las rozaduras y los pies hinchados (pies en alto para la hinchazón)
- Comezón de cabeza sobre el tema de "por qué tienes que llevar tacones si vas de tiendas".
¡¡Mekawen todo, como tengo los pinreles!! :-(
Etiquetas: frustraciones, pifias
2 Comments:
Je, je,je, eso ya lo he vivido yo antes... :-P
Para mi que lo sufrimos todas X-D
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