Tracacomedia

El otro día leía que a lo mineros de no sé dónde no se les había pagado el mes por la tardanza del pago de las subvenciones a la empresa.

Dicen los pescadores que viendo cómo está el precio del combustible, les resulta más económico quedarse en casa que salir a faenar.

Pone hoy el mentiroso que se ha producido una avalancha de peticiones a Cáritas para pagar la hipoteca.

Los ganaderos se quejan de que no es económico criar ganado viendo los precios del mercado.

Los transportistas están en huelga porque el combustible es caro y quieren subvenciones.

Anteayer fui a comprar comida y sin adquirir carne ni fruta, 50 euros desaparecieron como por arte de magia.

El asunto de ser una sociedad teóricamente democrática, capitalista y del libre comercio está muy bien, pero cómo hemos pasado de tener empresas autónomas productoras de capital y un sector primario generador de carne, frutas, verduras y pescado a tener empresas privadas cuyos únicos beneficios parecen ser los ingresos derivados de pagos estatales y a que la generación de materia prima sea un problema más que el privilegio de ser quien nos llena las despensas.

¿Cómo puede no ser rentable la ganadería viendo el precio que alcanzan los productos en el mercado? ¿Cómo se puede pagar un litro de leche a unos pocos céntimos y cobrarlo al consumidor final a casi un euros y medio? ¿Por qué se rula el kilo de sardina a 13 céntimos con suerte y en los mercados rondan los seis euros?

Si a alguien o algo hubiera que echarle al culpa, resultaría muy goloso culpar a la entrada del país en la Unión Europea ya que desde aquella se primó la exportación masiva de productos de calidad a mercados extranjeros y se promovió la entrada al país de determinados productos aquí no producidos. Para ello, se comenzó a vender la idea de que producir algo aquí no era rentable y a quienes durante toda su vida plantaron remolachas, uvas o girasoles, se les primó por dejar campos sin cultivar y arrancar plantaciones enteras de vides. De aquella, las grandes subvenciones daban para vivir, pero el milagro se acaba y curiosamente ahora se potencia de nuevo la plantación de vid y girasol. Con otros productos de primera necesidad pasaron cosas parecidas.

La llegada del euro puede ser también un candidato a la culpa que nadie quiere, pero a este sí que se le puede culpar de que produjo, al menos, una subida de un 60% en los precios de todo y eso que "no hubo redondeo". Con 5000 pesetas de las de antes, recuerdo ir a la compra y llenar un carro entero con comida. Ahora con 50 euros, unas 8000 de las de antes, no se adquiere ni la mitad.

Nos acomodamos. Nos gusta lo bueno. Nos pagan por no producir, por no trabajar, por no hacer nada y nos acostumbramos a ello de tal manera que cuando uno se da cuenta del tongo y se queja, orienta sus quejas a la solución equivocada: pide más.

Nos volvemos elitistas y no nos vale la carne del matadero de toda la vida que buscamos la que trae el sello de calidad que no se sabe de dónde salió y que incrementa el precio en más de un 30%. Pero cuando no nos llega la pasta para comer carne ese mes, comemos patatas y huevos fritos, que lo que se mete para dentro no se nota por fuera.

Será una consecuencia lógica de la deriva histórica, del capitalismo brutal en el que estamos inmersos, y es un hecho demostrado que no se puede vivir en la autarquía -la reciente dictadura lo ha demostrado-. Pero ¿qué medidas se están generando desde el gobierno para paliar esta crisis inexistente que dicen que no estamos pasando?

NINGUNA. Aunque sospecho que espera que estos que realizan huelgas para pedir más dinero por la jeta se contenten con una propina y una amplia sonrisa llena de dientes blanqueados artificialmente para lucir mejor en las imágenes.

¿Cómo puede sobrevivir hoy en día una familia con hijos en edad escolar -de la uni ya ni hablamos- pagando una hipoteca, los gastos derivados de la casa y del coche y comiendo todos los días y dependiendo de un sueldo mileurista o con mucha suerte de dos sueldos submileuristas?

Malamente.

La solución no pasa por tirar los presupuestos del país a base de subvenciones a fondo perdido que se recuperaran abrasando a impuestos y bajo encubiertas medidas progres como la famosa de la tarifa social eléctrica. ¿Alguien le dijo a esta gente que la época en que la clase social más baja sólo tenía dos bombillas en casa ya ha pasado? Sospecho que no, aunque deberían de tener un consejero que se informase de estas cosas....

Estas soluciones estúpidas son como llevar grano al tercer mundo y hacer harina, cuando la solución al hambre pasa por plantarlo y generar más grano.

Por eso, si hubiera dos dedos de frente, el gobierno en pleno admitiría sus errores -no digamos ya dimitir- y intentaría paliar la situación.

Si fuéramos conscientes de a lo que estamos encaminados, de la situación real en la que nos encontramos, si nos pudiéramos quitar la venda de las subvenciones a fondo perdido para comprar ordenadores y contratar conexiones a internet, la sociedad al completo convocaría y seguía una huelga general que hiciera ver al gobierno el descontento social.

Pero dicho descontento no existe más allá de alguno que otro ciudadano suelto.

Por eso y viendo cómo se soluciona todo, Yo, como maruja al paro que soy en el momento actual y representante de una entidad familiar ciudadana, me declaro en huelga indefinida hasta que el gobierno me de una subvención que me pague el sueldo que no percibo por trabajar, que me beneficie por ser un número en esas listas del paro que no existen y que me remunere el gasto que el alto precio del petroleo me supone cada vez que intento llenar la nevera. Por eso, y por no contaminar yendo a pie a dos pueblos más allá cada vez que visito a mis padres, justifico mi huelga indefinida, me declaro representante sindical de mi clase no trabajadora y solicito una reunión con los representantes gubernamentales.

Eso sí: que vengan ellos que yo no tengo un puto duro y la cosa no pinta a mejor.