domingo, 20 de julio de 2008

Astenia otoñal en agosto

Esto es un poco desesperante. Entre lo de siempre -el tema laboral- y el tiempo que ayuda, la cosa está como para ir con aquella señora del otro día: la agarraron caminando por la vía del tren en dirección a la locomotora. La suerte fue que venía despacio y le dio tiempo a parar, que si llega a ser el de 20 minutos más tarde, no lo cuenta. Y eso pretendía la mujer.

Es que este tiempo está loco y las sensaciones que se perciben con él, así lo demuestran. En junio, a eso de las 8 camino de casa, la tarde era la propia de un día de finales de agosto: sol pero ese aire fresco que comienza a dejarse sentir a finales del verano. Hace cuatro días, un sol de espatarrar con 35 grados criminales propios de pleno verano, vamos, del día en el que estábamos. Y hoy, volvemos a esos 14-16 grados con un aire que corta y con la niebla típica calada hasta los tobillos.

Creo que necesito un día de septiembre en pleno julio, de esos de una playa vacía con un sol tremendo y con el agua aun esperando por el baño.

Será el tiempo. No en vano, a alguien hay que echarle siempre la culpa y este no se queja...

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