El humano tras la máquina
Cuan imperfecta en su perfección es la máquina y cuan perfecto en su imperfección es el humano.
Muchas veces me pregunto cómo será todo el día en que, tras la máquina, no haga falta un humano y las respuestas a las que llego no dejan de sorprenderme: todo será igual.
Cinco meses hace ya que ayudamos a las máquinas a levantarse.
Cinco meses en los que surgen las dudas del no puedo, no sé, no debería... Pero ¿quién puede, sabe o debe?
Nadie. Sólo somos un engranaje más de una máquina imperfecta en su camino a la imperfección.
Muchas veces me pregunto cómo será todo el día en que, tras la máquina, no haga falta un humano y las respuestas a las que llego no dejan de sorprenderme: todo será igual.
Cinco meses hace ya que ayudamos a las máquinas a levantarse.
Cinco meses en los que surgen las dudas del no puedo, no sé, no debería... Pero ¿quién puede, sabe o debe?
Nadie. Sólo somos un engranaje más de una máquina imperfecta en su camino a la imperfección.
Etiquetas: exorcismos
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home