lunes, 19 de mayo de 2008

Investigar en la universidad

Haciendo un alto, voy a proceder a dar una de esas opiniones personales que no dejan de ser más que eso.

Hoy sale esta noticia en el periódico, donde este señor -nuevo vicerrector de investigación- intenta responder a la pregunta de si "investigar en la Universidad de X es llorar".

Conclusión de lo que dice, a groso modo y exagerando: que el mundo es maravilloso y el futuro está en los jóvenes, becarios o quizás no tanto. Que todo dinero es poco de cara a la investigación y aun así hay un puñado de investigadores de los normalillos que a lo mejor hacen algo importante y todo. Que se pone pasta para traer a gente de fuera del país porque son cojonudos y que hasta que no se es doctor, no existes porque un becario se forma, no nace formado. Eso sí, existen investigaciones humanísticas que no desmerecen en absoluto -varias veces repetido- pero se reconoce la precariedad del personal investigador y que el personal docente, es eso, nada más.

Experiencia personal:

Situaciones habituales en departamentos de tercer ciclo de x facultad:

- Hola, quiero investigar, ¿qué he de hacer?

- ... - El funcionario de turno está en su hora del café.

Días después:

- Hola, quiero investigar, ¿qué he de hacer?

- JAJAJAJA. ¿Qué lo dices en serio?

- Sí.

- Ah, pues yo no puedo ayudarte.

- ¿Y quién puede informarme?

- Pues no lo sé. Aunque creo que se te ha pasado el plazo, espera a ver si sale algo y lee el BOPA que a lo mejor...

- ¿Pero tú no me puedes informar?

- No.

Y todo así.

La carrera en sí -hablamos de humanidades- no forma demasiado a nadie a no ser que a ese nadie le interese formarse por si mismo. Entonces sí que hay una formación real con prácticas que aportan experiencia si a la persona le interesa proporcionárselas ella misma. Si no, no deja de ser la mera acumulación de datos, fotocopias y dolor de codos si se quiere aprobar un examen. Sales igual que entras, en algunos casos peor por creerse que tener un cromo que dice que eres "licenciado" te da el conocimiento o las cualidades para serlo.

El plan ha cambiado y creo que la figura de llamado profesor y cómo afronta las clases, también. Espero que sea para mejor y no se quede en una moda pasajera muy bonita de cara al extranjero.

Si se decide alguien a ir al doctorado, sabrá que se encontrará con un año de seminarios para los que puede que se le pida algún tipo de trabajo. Para otros con la simple y mera asistencia, bastará.

El siguiente año, en teoría, se ha de realizar una investigación que, tras ser defendida ante un tribunal, otorgará al doctorando el denominado diploma de estudios avanzados, que no el título de doctor hasta que culmine la tesis con éxito.

Mi investigación de doctorado duró dos años. El primero con una "beca" de exención del 40 por ciento de la matrícula y el segundo a verlas venir y subvencionados viajes, fotocopias y demás por "pa y ma". Tuve la suerte de contar con una persona excelente como directora de proyecto de investigación. Al principio fue reticente a aceptarme pero viendo mi ánimo, lo hizo. Y no me arrepiento de que haya sido ella quien me haya llevado el tema porque profesores hay muchos, pero personas de las que se pueden calificar como humanas hay pocas dentro de esta casa llamada Universidad.
Una investigación es como todo. No sabes por dónde empezar, hasta que te lanzas a por algo y de ahí comienza a surgir todo lo demás. Ella me ofreció el tema, me indicó unas líneas de inicio y dónde podría comenzar a buscar información. Todo lo demás corre de mano de quien investiga, es decir de quien se patea los archivos, bibliotecas y demás e interpreta la información.

Tuve miles de percances a lo largo del desarrollo de esta investigación y no precisamente por la directora del asunto, si no más bien por el departamento donde estaba adscrita la cosa, llegando a la conclusión de que nada más que trabas de lo más absurdo eran puestas una y otra vez en todo asunto burocrático que se cruzase en mi camino, hasta tal punto absurdo que la directora del departamento, miembro obligado del tribunal, delegó en otra persona, y se me dejó un lugar donde defender el proyecto pero se me negaron lo medios informáticos -léase portátil y cañón retroproyector- alegando el que se iban a usar en otra defensa y que ya estaban pedidos.

La defensa citada tuvo lugar tras la mía, con lo que no hubo coincidencia para el uso de dichos aparatos, aunque tuve la suerte de que amigos -menos mal que de vez en cuando se tienen amigos- me prestaron los suyos y la cosa pudo seguir adelante. Por cierto que en la siguiente defensa vi que la directora del departamento llevaba de la mano al otro investigador y ese era el motivo por el cual no pudo venir a mi defensa.

Antes de eso, el darme una fecha para la defensa supuso más de un dolor de cabeza porque parecía imposible que hubiera un sólo momento para hacerlo ya que todo parecía estar ocupado, yo no era la persona adecuada para pedirla y mil tonterías más.

Al final, contra viento y marea, la cosa se llevó a buen puerto y se pudo presentar, defender y demás.

Se sabe a ciencia cierta que cada departamento interno es una casa de putas, literalmente y con gran respeto hacia las putas, donde los profesores -algunos, otros son personas- se dedican a putearse los unos a los otros por cuatro duros que les deben de dar, pero en lo que no reparan nunca es que no joden a otro profesor, joden al alumno que intenta hacer algo y le matan toda ilusión por progresar, sin darse cuenta de que perjudican a la propia institución que tanto defienden.

Anteriormente a esto, a lo largo de la carrera se realizan trabajos para determinadas asignaturas, que una vez entregados no suelen volver a manos de sus creadores y luego se ven cosas como críticas de exposiciones que uno mismo a hecho y vienen firmadas por afamados profesores, sin cambiar ni siquiera una coma, que encima tienen la cara de decirte que coinciden contigo en muchos puntos. O que no te dicen nada pero sus protegidos sacan al poco tiempo un trabajo que no deja de ser el desarrollo protegido y arropado -esas cosillas de los libros secuestrados por tal o cual profesor- del que tú entregaste como obligatorio para aprobar una asignatura.

Luego hay gente que dice -ver los comentarios de la noticia- que no se es un investigador hasta que no se es un doctor. Y yo le respondería que investigador es todo aquel que investiga, y si quien investiga lo hace con ganas, es mejor investigador que el catedrático que tiene a seis negros -disculpen, quería decir becarios- que le hacen el trabajo sucio para luego estampar su firma y llevarse los méritos, aunque esto no es una cuestión de méritos -pese a lo que pueden servir para progresar en estos ámbitos- si no de querer hacer, pero que no te dejen.

He sufrido y sufro secuelas de los nervios -dermatitis, tics, ansiedad...- desde que realicé esa investigación del doctorado, pero no me arrepiento en absoluto de haber querido hacerlo, aprender realmente algo, haber investigado y haberme encontrado en mi camino a profesores que realmente querían y quieren ayudar, frente a toda la puxarra que los rodea, porque en cualquiera de los dos lados de la investigación -el profesor o el alumno-, hace más el que quiere, que el que puede.

De las cuestiones de archivos que se vanaglorian de tener montones de información pero que a quien no venga recomendado no se permite le paso, vamos a obviar el tema.

Mi tutora de tesis ya no ejerce como profesora, aproximadamente desde hace mucho tiempo. No obtuve ninguna noticia por parte del burócrata que debía informarme, enterándome de casualidad, porque aproximadamente desde que inscribí la tesis, ella estaba de baja y perdí el contacto.

Estoy segura de que dicho burócrata, compulsivo tomador de cafés sobre todo cuando tiene que hacer algo, sí que me informará del nuevo impuesto a cobrar por los años de dirección de tesis desde su inscripción, cosa que va a ir a cobrar a casa dios teniendo en cuenta que carecí de director desde el principio.

De toda la promoción de mi doctorado, creo que nadie hizo aun la tesis. La investigación del doctorado debimos de presentarla dos personas, y según quien sea el director, unas investigaciones "pesan" 60 folios, mientras que otras "pesan" 360. Aunque ya que vas a hacer algo, por lo menos hazlo bien y no entregues un mero trámite protegido. Al principio te queda cara de idiota, pero luego lo piensas bien y te das cuenta de que lo tuyo -sin menospreciar a nadie- es una investigación científica en toda regla y plenamente documentada, no un mero dosier a todo color firmado por un padrino.

Cosas que se aprenden y que se debería de tener en cuenta antes de dejar suelto cualquier trabajo de investigación que merezca la pena en la universidad: en la calle del Rosal en Oviedo hay una oficina donde se procede a registrar estas cosillas como propiedad intelectual de su autor. No aceptan las licencias Creative Commons, ya lo intenté pero como no lo conocen, no lo aplican. El tema no es registrar las cosas por las mismas razones que los socios de la SGAE, si no porque pueden pasar cosas por las cuales puede que tires tus años de trabajo por tierra cuando tu trabajo se cruza con algún listo, y ahí hay que estar preparados, porque si tu trabajo es tuyo, ningún catedrático tiene por qué echarse flores que no le pertenecen.

Y todo así.

Estoy segura de que hay más casos buenos, pero esto no deja de ser una opinión personal basada en una vivencias propias tristemente ciertas.

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6 Comments:

Blogger Laurix said...

Gran parte de lo que cuentas es real, aunque yo he tenido la suerte de no pasar por esos extremos, me consta que hay quien sí lo pasa tan mal. Sin embargo, sigo pensando que es bonito, aunque aun esté poco reconocido, por desgracia.

20 de mayo de 2008, 9:32  
Blogger Hiroshige said...

A mi me pasó todo eso, y es una pena porque te quita las ganas de casi todo. Aunque lo de investigar es lo mejor que te puede pasar, otra cosa es que puedas vivir de ello algún día.

20 de mayo de 2008, 12:23  
Anonymous Anónimo said...

Real 100% y verificado por la que suscribe. Eso sí, como tercera persona y testigo.

Las universidades son auténticas mafias y en España, por desgracia, el pertenecer a una de ellas da prestigio.

Yo lo tengo muy claro. Antes de siquiera presentar el trabajo tomo "medidas" por si las moscas se cruza en su camino un listo. Lo hago con lo más insignificante que creo que merezca la pena, con una tesis creo que es de obligado cumplimiento.

Por todo ello, ha sido por lo que no he querido plantearme el doctorado... Aunque digas que merece la pena, yo no creo que mis nervios lo soportasen...

20 de mayo de 2008, 20:42  
Blogger Hiroshige said...

Velice, tú sólo piensas que lo que vas a hacer en el doctorado va a ser aprender de verdad. Todo lo demás fue puro cuento, pero ahí es donde comienza el aprendizaje real y que te va a servir en lo que luego quieras hacer. No lo dejes.

22 de mayo de 2008, 22:56  
Anonymous Anónimo said...

Si es que... me lo estoy planteando :P

No sé qué hacer con mi vida... Si apruebo claro.

23 de mayo de 2008, 9:36  
Blogger Hiroshige said...

Pues no lo dudes tanto y a por ello :-)

23 de mayo de 2008, 11:24  

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