El espejo diminuto
Mírate en un espejo.
¿Qué ves?
Te ves a ti mismo. Te resultas conocido.
¿Y lo que no ves? Porque se supone que debería de reflejar a la persona al completo pero no lo hace... no refleja cómo es realmente, si no cómo es la primera impresión que los demás ven de ella.
Hoy he salido de una entrevista de trabajo muy larga preguntándome si los currículums son una especie de reflejo de la persona, preguntándome si refleja lo que los demás ven o si simplemente proyecta un reflejo de lo que realmente se quiere que los demás vean de ella desde su propio punto de vista.
Me sigo preguntando cosas, como por ejemplo que sé de sobra que soy capaz de hacer muchas cosas, es más, mi experiencia y la hora que pasé hoy hablando sobre ella con una total desconocida me hicieron llegar a la conclusión de que realmente no es que sea capaz de hacer cosas, si no que he hecho ya bastante más de lo que creo haber hecho.
Supongo que lo de la perspectiva y lo de depender de cómo se miren las cosas condiciona un poco el cómo creemos que todo es. Supongo que nunca valoré las cosas que hice porque siempre me resultaron excesivamente fáciles y no les di importancia. Será que "tengo güela" y no necesito tirarme flores a mi misma o será el síndrome del impostor ese sobre el cual leí el otro día un artículo en algún sitio.
Sé que soy muy capaz de hacer lo que me proponga pero no puedo evitar las dudas respecto a la distancia que hay entre lo que yo sé que sé y puedo, y lo que quienes han de ofrecerme un trabajo ven de todo esto que no nos viene reflejado en el espejo ni en el aspecto de una primera, segunda o incluso tercera impresión.
Es complicado. Es dudoso. Es intrigante.
También me pregunto si eso que enseñan los psicólogos en los cursillos de introducción al mercado laboral y en la preparación de entrevistas de trabajo no deja de ser puro marketing para venderse a uno mismo camuflado bajo una proyección amplificada de lo que se es. ¿Es eso digno, el venderse como más de lo que se puede? A mi personalmente no me lo lleva el buche y nunca diría que haber trabajado en una biblioteca equivale a un máster en biblioteconomía...
Una vez me dijeron en una entrevista de curro, realizada desde mi propia perspectiva, con mis propios pensamientos y palabras, que me dejara de respuestas preparadas en los cursos de los psicólogos. Me quedó cara de idiota y esa afirmación me pareció absurda. ¿Cuando se hablan con sinceridad se da la impresión de estar mintiendo o es que nuestra perspectiva está bastante mal enfocada?
Son sólo pensamientos al aire.
Es simplemente un reflejo de un espejo pequeñito en el que unos se ven a sí mismos como mucho más de lo que son y otros apenas se ven.
El otro día me dijo alguien que debería de empezar a quererme un poco más a mi misma, quizás así me vería un poco más grande en mi espejo particular.
¿Qué ves?
Te ves a ti mismo. Te resultas conocido.
¿Y lo que no ves? Porque se supone que debería de reflejar a la persona al completo pero no lo hace... no refleja cómo es realmente, si no cómo es la primera impresión que los demás ven de ella.
Hoy he salido de una entrevista de trabajo muy larga preguntándome si los currículums son una especie de reflejo de la persona, preguntándome si refleja lo que los demás ven o si simplemente proyecta un reflejo de lo que realmente se quiere que los demás vean de ella desde su propio punto de vista.
Me sigo preguntando cosas, como por ejemplo que sé de sobra que soy capaz de hacer muchas cosas, es más, mi experiencia y la hora que pasé hoy hablando sobre ella con una total desconocida me hicieron llegar a la conclusión de que realmente no es que sea capaz de hacer cosas, si no que he hecho ya bastante más de lo que creo haber hecho.
Supongo que lo de la perspectiva y lo de depender de cómo se miren las cosas condiciona un poco el cómo creemos que todo es. Supongo que nunca valoré las cosas que hice porque siempre me resultaron excesivamente fáciles y no les di importancia. Será que "tengo güela" y no necesito tirarme flores a mi misma o será el síndrome del impostor ese sobre el cual leí el otro día un artículo en algún sitio.
Sé que soy muy capaz de hacer lo que me proponga pero no puedo evitar las dudas respecto a la distancia que hay entre lo que yo sé que sé y puedo, y lo que quienes han de ofrecerme un trabajo ven de todo esto que no nos viene reflejado en el espejo ni en el aspecto de una primera, segunda o incluso tercera impresión.
Es complicado. Es dudoso. Es intrigante.
También me pregunto si eso que enseñan los psicólogos en los cursillos de introducción al mercado laboral y en la preparación de entrevistas de trabajo no deja de ser puro marketing para venderse a uno mismo camuflado bajo una proyección amplificada de lo que se es. ¿Es eso digno, el venderse como más de lo que se puede? A mi personalmente no me lo lleva el buche y nunca diría que haber trabajado en una biblioteca equivale a un máster en biblioteconomía...
Una vez me dijeron en una entrevista de curro, realizada desde mi propia perspectiva, con mis propios pensamientos y palabras, que me dejara de respuestas preparadas en los cursos de los psicólogos. Me quedó cara de idiota y esa afirmación me pareció absurda. ¿Cuando se hablan con sinceridad se da la impresión de estar mintiendo o es que nuestra perspectiva está bastante mal enfocada?
Son sólo pensamientos al aire.
Es simplemente un reflejo de un espejo pequeñito en el que unos se ven a sí mismos como mucho más de lo que son y otros apenas se ven.
El otro día me dijo alguien que debería de empezar a quererme un poco más a mi misma, quizás así me vería un poco más grande en mi espejo particular.
Etiquetas: Diarreas mentales, días extraños, retazos de mi vida
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