Esti mundo nun ta pa ver
No sé si será que al estar un poco "p'allá" de la cabeza te da por dar vueltas a todo, pero llega un momento en que lo que pulula por tu mente es una especie de revuelto entre las cosas históricas y las presentes que han pasado por tu vida. No sucesos propios si no acontecimientos y sucesos en grandes números y resúmenes que se publicaron en libros y otros soportes legibles, que encontraste en archivos, que viviste en propia carne...
Todo ello se junta para componer el grado de desastre social en el que uno está inmerso e intenta buscar una solución.
Las cifras
Las cifras siempre fueron y serán un arma a cargo del gobernante, casi tanto como los medios de masas. Una casa puede tener un sueldo ingresando x dinero al año. La del vecino puede tener el doble porque vivió un momento de bonanza. De cara a las estadísticas, ese sueldo del vecino es el exponente de la buena marcha de la economía, mientras que los sueldos miserables de la mayor parte del mundo, no se toman en cuenta... Qué cierto aquello de que "hay verdades, mentiras y estadísticas".
Los medios de masas son lo más parecido a un generador de histeria colectiva que nunca haya conocido. Un ejemplo antiguo fue la famosa Invasión causada por radio por Orson Welles, una historia de ficción contada de tal manera que la gente se lo creyó. Aquello pasó en 1938. Más o menos igual que las noticias de las cifras españolas, sean estas de paro, de déficit o de lo que se nos pase por la cabeza y esto está pasando en el 2010.
La marcha económica
Una cosa es ser como la virgen del puño -dicho popular que viene a explicar algo del tipo de no gastar ni un duro- y otra cosa es velar por la peseta.
Si tienes 2 y gastas 1, el otro lo puedes guardar para cuando no tengas 2 y así no habrá endeudamiento.
Si tienes que gastar, realiza un leve estudio de riesgos, necesidades y prioridades y no gastes por gastar sin saber cómo vas a rentabilizar ni a reintegrar el dinero empleado.
Por otro lado está "la propina", una inyección de dinero extra que te puede sacar las castañas del fuego o que puede servir en un momento dado para generar más riqueza. No sé el resto del mundo lo que piensa pero personalmente siempre se me pasó por la cabeza -ya desde aquellas estúpidas campañas de "donación de alimentos para África" del colegio- que la mejor manera de hacer que la situación de alguien mejore, no es darle para comer un día si no enseñarle a generar su propia comida. Le puedes dar a alguien dos granos de trigo. Si se los come hoy, mañana no tendrá nada. Si los planta, mañana tendrá 20 granos de trigo. ¿Mientras que el trigo crece? Se pasa mal, sin duda, pero la situación tenderá a mejorar enormemente.
Aquí lo mismo. Un buen día llegó un montón de dinero para generar desarrollo para el día de mañana y nos lo comimos. Bueno, mejor dicho se lo comieron los que vieron el filón y al resto les dio mucho por el saco. ¿Y mañana? Mañana la situación será bastante peor que ayer porque una vez acostumbrados a llenar el estómago a dos manos, a ver quién nos dice que se acabó lo que se daba y que no tienes ni "un mísero grano de trigo"...
La burbuja inmobiliaria
Esto no es un mito, es la piedra en la que el hombre tropieza dos veces, y seguirá tropezando.
Años 40, dictadura española: arquitectos afines al régimen, no por ello idiotas, generan informes demostrando que la salida del ladrillo no es la solución a todos los males y que construir casas lo único que generará es un agujero económico que algún día se tragará todo lo que hay a su alrededor. Una casa media costaba de aquella 10.000 pesetas a lo sumo -sin contar con las típicas estafas que siempre ocurrieron y ocurrirán- y la gente acababa al cabo de x años teniendo su propia vivienda, de míseras condiciones pero es lo que había. 60 años después seguimos en las mismas con la leve diferencia de que el precio se "ha incrementado levemente", las calidades siguen siendo miserables en muchos casos y el problema de la construcción sigue presente siendo la pescadilla que se muerde la cola: albañil gana dinero a espuertas, gasta dinero a espuertas. Albañil cesa su trabajo, la economía se hunde.
¿De qué nos vale tanta documentación histórica, tanto dato -sea real o no- si vamos a repetir los mismos errores?
Las subvenciones
Si te dan dinero para mejorar algo y lo único que mejoras es la situación económica momentánea de algunos, ¿no es dinero tirado? ¿No debería de haber alguien que contemplase la marcha de ese dinero y sus progresos? Vaya que si debería...
Cada vez que oigo la palabra subvención me pongo mala ya que hoy en día no dejan de ser "tapabocas": 500 euros para comprar un ordenador, un coche, cambiarlos muebles de casa, por tener un hijo... ¿Pero qué me estás contando? Si no tengo para comprar un ordenador o cambiar los muebles, me apaño con lo que tengo, tú inviertes la pasta en cosas que realmente necesitas y no fomentas un consumismo brutal ni un falso estado de bienestar.
La presunta solución
Cada vez lo pienso más, la entrada en la Unión Europea no estuvo mal pero se nos fue demasiado de las manos y esto comenzó a verse al primer campo de vides arrancado de cuajo porque la producción era excesiva, ya no digamos del asunto de cuotas lácteas ni demás brutalidades similares. ¿Desde cuándo producir mucho es un problema o la causa para hundir a quien lo produce?
Seguramente muchos echarían las manos a la cabeza si leyeran esto y me acusarían de "fascistoide" o de cualquier otra gilipollez parecida, pero desde mi punto de vista, la parcial mejora de la economía de este país y de tantos otros en similar estado es un periodo de cierre parcial de mercados y autoproducción, lo que viene llamándose autarquía, pero eso sí, sin repetir los mismos errores del pasado.
Imaginemos por un momento que cada país genera sus propios alimentos. Esto generaría mano de obra y riqueza: la dura vuelta al campo que un estado de bienestar no quiere ver ni de lejos traería consigo muchos puestos de trabajo a la vez que ingresos para estos trabajadores.
Los excedentes siempre podrían venderse a países que no dispusieran de estos elementos, eso sí, siempre dentro de unos límites económicos aceptables y bajo férreo control que impidiese el alza de los precios.
¿Un cierre de mercados internacionales? No, absolutamente no, pero un control de lo que cada uno produce y de las condiciones en las que lo hace, así como de su movimiento sería perfecto.
La Autarquía como periodo histórico de los años pasados en este país fue un desastre por el simple y mero hecho de pensar que un país es capaz de autoabastecerse y no quedó otra que una apertura total de mercados para poder sobrevivir, no obstante, el uso de esta, llamémosle "vía de producción económica", sería la solución momentánea a este agujero en el que nos encontramos.
El problema realmente gordo
La "mácula" es sin duda la máquina burocrática: está putrefacta de la cabeza a los pies. Si quien genera las medidas, lo hace en pos de intereses propios, si ha de rascar la espalda a quien se la rasca sin tener en cuenta las repercusiones de sus actos..., si los escalafones inferiores obvian sus deberes, si nadie controla estas situaciones, todo buen funcionamiento desaparece y cualquier intento de recuperación se va con él.
Crear un "gran hermano" que velase por el buen funcionamiento del sistema sería tirar piedras contra el propio tejado y coartar las libertades -sin hablar de cómo están en este momento- e intentar erradicar toda esa corrupción y pasotismo es una tarea ingente que difícilmente podrá realizarse a no ser que se acometa una reforma brutal y que lleguen unos extraterrestres del cielo que cambien la mentalidad hispánica esa del "tírame pan y llámame perro" que nos obliga a aprovecharnos de cualquier situación que sea mínimamente lucrativa, pese a quien pese.
Un ejemplo sencillo a pequeña escala
Cojamos cualquier ayuntamiento de cualquier lugar. Todos sus servicios se han visto privatizados en los últimos tiempos -esas cosas del amiguismo y que generar gastos genera números en los que se puede meter el dedo y llenar el bolso, no nos engañemos, es así-.
Si en lugar de privatizar contratas a gente, no sólo cubres un servicio si no que disminuyes las cifras de paro de tu entorno más cercano.
Jardinerías, mantenimientos varios tanto de vías públicas como de edificios podrían ser objeto de creación de escuelas como las que ya existen llevadas un poco más allá: no todo el mundo tiene por qué trabajar detrás de una mesa y no es ninguna tara social el tener un trabajo físico, aunque hoy por hoy parece que sí. Esto podría generar mucha más mano de obra aun, empezando por los profesores que enseñasen en esas escuelas y siguiendo por los alumnos que con su trabajo irían cubriendo las necesidades del mantenimiento público. Y este ejemplo sería extrapolable a otros sectores tal como el de la carne, la ropa... Esto podría suponer la caída de los grande monopolios y cadenas empresariales, aunque siempre podrían adaptarse o incluso pasar a ser parte del sector público.
Esto, controlado "limpiamente", traería consigo una nueva distribución de la riqueza que no evitaría la acumulación de capitales pero que sería capaz de renovar profundamente nuestro sistema económico y modo de vida. Lamentablemente va a ser difícil porque no interesa.
En Resumen
Después de toda esta parrafada que llevaba mucho tiempo rondándome por la cabeza -creo que ya se pasó el efecto de los antidepresivos pues vuelve a funcionar como antes-, se pueden sacar unas cuantas conclusiones, conclusiones tales que:
Las ideas de aquel Muguruza, que ideó el proyecto del Valle de los Caídos, no sólo chocaban directamente contra los ideales del régimen fascista en el que surgieron si no que preveían una situación cíclica económica e intentaban solucionarla. Lamentablemente, si nadie lo escuchó en los 40, menos lo van a hacer ahora con otro periodo de descenso económico encima.
Esto no es un alegato fascistoide, es una reflexión sobre los sucesos económicos y políticos históricos, de lo que pasó dentro de una dictadura y de lo que está pasando dentro de la democracia que la siguió.
No es un alegato comunista, aunque pueda parecerlo, casi podría acercarse más a ese pseudocomunismo chino en el que el capital privado existe en contra de todo principio pero como lógico desarrollo de esa acumulación de riqueza.
Esto es más bien un grito desesperado a cómo están las cosas, a lo podre que está el sistema, a lo que podría hacerse con buenas intenciones y un poco de sentido común.
Lamentablemente hoy en día es mejor mirar para uno mismo y dejar a los demás ahogarse en su miseria que intentar estar algunos un poco menos bien para que todos podamos estar un poco menos mal.
No soy economista, ni abogado, ni política ni nada que se le parezca, simplemente creo que puede haber una solución directa, nada sencilla y lógica al ritmo de nuestra mala economía.
Hay que ver que cosas se escriben cuando se encuentra uno a un hombre intentando contener las lágrimas en la calle por la marcha de su negocio, y por ende, del de los demás.
Todo ello se junta para componer el grado de desastre social en el que uno está inmerso e intenta buscar una solución.
Las cifras
Las cifras siempre fueron y serán un arma a cargo del gobernante, casi tanto como los medios de masas. Una casa puede tener un sueldo ingresando x dinero al año. La del vecino puede tener el doble porque vivió un momento de bonanza. De cara a las estadísticas, ese sueldo del vecino es el exponente de la buena marcha de la economía, mientras que los sueldos miserables de la mayor parte del mundo, no se toman en cuenta... Qué cierto aquello de que "hay verdades, mentiras y estadísticas".
Los medios de masas son lo más parecido a un generador de histeria colectiva que nunca haya conocido. Un ejemplo antiguo fue la famosa Invasión causada por radio por Orson Welles, una historia de ficción contada de tal manera que la gente se lo creyó. Aquello pasó en 1938. Más o menos igual que las noticias de las cifras españolas, sean estas de paro, de déficit o de lo que se nos pase por la cabeza y esto está pasando en el 2010.
La marcha económica
Una cosa es ser como la virgen del puño -dicho popular que viene a explicar algo del tipo de no gastar ni un duro- y otra cosa es velar por la peseta.
Si tienes 2 y gastas 1, el otro lo puedes guardar para cuando no tengas 2 y así no habrá endeudamiento.
Si tienes que gastar, realiza un leve estudio de riesgos, necesidades y prioridades y no gastes por gastar sin saber cómo vas a rentabilizar ni a reintegrar el dinero empleado.
Por otro lado está "la propina", una inyección de dinero extra que te puede sacar las castañas del fuego o que puede servir en un momento dado para generar más riqueza. No sé el resto del mundo lo que piensa pero personalmente siempre se me pasó por la cabeza -ya desde aquellas estúpidas campañas de "donación de alimentos para África" del colegio- que la mejor manera de hacer que la situación de alguien mejore, no es darle para comer un día si no enseñarle a generar su propia comida. Le puedes dar a alguien dos granos de trigo. Si se los come hoy, mañana no tendrá nada. Si los planta, mañana tendrá 20 granos de trigo. ¿Mientras que el trigo crece? Se pasa mal, sin duda, pero la situación tenderá a mejorar enormemente.
Aquí lo mismo. Un buen día llegó un montón de dinero para generar desarrollo para el día de mañana y nos lo comimos. Bueno, mejor dicho se lo comieron los que vieron el filón y al resto les dio mucho por el saco. ¿Y mañana? Mañana la situación será bastante peor que ayer porque una vez acostumbrados a llenar el estómago a dos manos, a ver quién nos dice que se acabó lo que se daba y que no tienes ni "un mísero grano de trigo"...
La burbuja inmobiliaria
Esto no es un mito, es la piedra en la que el hombre tropieza dos veces, y seguirá tropezando.
Años 40, dictadura española: arquitectos afines al régimen, no por ello idiotas, generan informes demostrando que la salida del ladrillo no es la solución a todos los males y que construir casas lo único que generará es un agujero económico que algún día se tragará todo lo que hay a su alrededor. Una casa media costaba de aquella 10.000 pesetas a lo sumo -sin contar con las típicas estafas que siempre ocurrieron y ocurrirán- y la gente acababa al cabo de x años teniendo su propia vivienda, de míseras condiciones pero es lo que había. 60 años después seguimos en las mismas con la leve diferencia de que el precio se "ha incrementado levemente", las calidades siguen siendo miserables en muchos casos y el problema de la construcción sigue presente siendo la pescadilla que se muerde la cola: albañil gana dinero a espuertas, gasta dinero a espuertas. Albañil cesa su trabajo, la economía se hunde.
¿De qué nos vale tanta documentación histórica, tanto dato -sea real o no- si vamos a repetir los mismos errores?
Las subvenciones
Si te dan dinero para mejorar algo y lo único que mejoras es la situación económica momentánea de algunos, ¿no es dinero tirado? ¿No debería de haber alguien que contemplase la marcha de ese dinero y sus progresos? Vaya que si debería...
Cada vez que oigo la palabra subvención me pongo mala ya que hoy en día no dejan de ser "tapabocas": 500 euros para comprar un ordenador, un coche, cambiarlos muebles de casa, por tener un hijo... ¿Pero qué me estás contando? Si no tengo para comprar un ordenador o cambiar los muebles, me apaño con lo que tengo, tú inviertes la pasta en cosas que realmente necesitas y no fomentas un consumismo brutal ni un falso estado de bienestar.
La presunta solución
Cada vez lo pienso más, la entrada en la Unión Europea no estuvo mal pero se nos fue demasiado de las manos y esto comenzó a verse al primer campo de vides arrancado de cuajo porque la producción era excesiva, ya no digamos del asunto de cuotas lácteas ni demás brutalidades similares. ¿Desde cuándo producir mucho es un problema o la causa para hundir a quien lo produce?
Seguramente muchos echarían las manos a la cabeza si leyeran esto y me acusarían de "fascistoide" o de cualquier otra gilipollez parecida, pero desde mi punto de vista, la parcial mejora de la economía de este país y de tantos otros en similar estado es un periodo de cierre parcial de mercados y autoproducción, lo que viene llamándose autarquía, pero eso sí, sin repetir los mismos errores del pasado.
Imaginemos por un momento que cada país genera sus propios alimentos. Esto generaría mano de obra y riqueza: la dura vuelta al campo que un estado de bienestar no quiere ver ni de lejos traería consigo muchos puestos de trabajo a la vez que ingresos para estos trabajadores.
Los excedentes siempre podrían venderse a países que no dispusieran de estos elementos, eso sí, siempre dentro de unos límites económicos aceptables y bajo férreo control que impidiese el alza de los precios.
¿Un cierre de mercados internacionales? No, absolutamente no, pero un control de lo que cada uno produce y de las condiciones en las que lo hace, así como de su movimiento sería perfecto.
La Autarquía como periodo histórico de los años pasados en este país fue un desastre por el simple y mero hecho de pensar que un país es capaz de autoabastecerse y no quedó otra que una apertura total de mercados para poder sobrevivir, no obstante, el uso de esta, llamémosle "vía de producción económica", sería la solución momentánea a este agujero en el que nos encontramos.
El problema realmente gordo
La "mácula" es sin duda la máquina burocrática: está putrefacta de la cabeza a los pies. Si quien genera las medidas, lo hace en pos de intereses propios, si ha de rascar la espalda a quien se la rasca sin tener en cuenta las repercusiones de sus actos..., si los escalafones inferiores obvian sus deberes, si nadie controla estas situaciones, todo buen funcionamiento desaparece y cualquier intento de recuperación se va con él.
Crear un "gran hermano" que velase por el buen funcionamiento del sistema sería tirar piedras contra el propio tejado y coartar las libertades -sin hablar de cómo están en este momento- e intentar erradicar toda esa corrupción y pasotismo es una tarea ingente que difícilmente podrá realizarse a no ser que se acometa una reforma brutal y que lleguen unos extraterrestres del cielo que cambien la mentalidad hispánica esa del "tírame pan y llámame perro" que nos obliga a aprovecharnos de cualquier situación que sea mínimamente lucrativa, pese a quien pese.
Un ejemplo sencillo a pequeña escala
Cojamos cualquier ayuntamiento de cualquier lugar. Todos sus servicios se han visto privatizados en los últimos tiempos -esas cosas del amiguismo y que generar gastos genera números en los que se puede meter el dedo y llenar el bolso, no nos engañemos, es así-.
Si en lugar de privatizar contratas a gente, no sólo cubres un servicio si no que disminuyes las cifras de paro de tu entorno más cercano.
Jardinerías, mantenimientos varios tanto de vías públicas como de edificios podrían ser objeto de creación de escuelas como las que ya existen llevadas un poco más allá: no todo el mundo tiene por qué trabajar detrás de una mesa y no es ninguna tara social el tener un trabajo físico, aunque hoy por hoy parece que sí. Esto podría generar mucha más mano de obra aun, empezando por los profesores que enseñasen en esas escuelas y siguiendo por los alumnos que con su trabajo irían cubriendo las necesidades del mantenimiento público. Y este ejemplo sería extrapolable a otros sectores tal como el de la carne, la ropa... Esto podría suponer la caída de los grande monopolios y cadenas empresariales, aunque siempre podrían adaptarse o incluso pasar a ser parte del sector público.
Esto, controlado "limpiamente", traería consigo una nueva distribución de la riqueza que no evitaría la acumulación de capitales pero que sería capaz de renovar profundamente nuestro sistema económico y modo de vida. Lamentablemente va a ser difícil porque no interesa.
En Resumen
Después de toda esta parrafada que llevaba mucho tiempo rondándome por la cabeza -creo que ya se pasó el efecto de los antidepresivos pues vuelve a funcionar como antes-, se pueden sacar unas cuantas conclusiones, conclusiones tales que:
Las ideas de aquel Muguruza, que ideó el proyecto del Valle de los Caídos, no sólo chocaban directamente contra los ideales del régimen fascista en el que surgieron si no que preveían una situación cíclica económica e intentaban solucionarla. Lamentablemente, si nadie lo escuchó en los 40, menos lo van a hacer ahora con otro periodo de descenso económico encima.
Esto no es un alegato fascistoide, es una reflexión sobre los sucesos económicos y políticos históricos, de lo que pasó dentro de una dictadura y de lo que está pasando dentro de la democracia que la siguió.
No es un alegato comunista, aunque pueda parecerlo, casi podría acercarse más a ese pseudocomunismo chino en el que el capital privado existe en contra de todo principio pero como lógico desarrollo de esa acumulación de riqueza.
Esto es más bien un grito desesperado a cómo están las cosas, a lo podre que está el sistema, a lo que podría hacerse con buenas intenciones y un poco de sentido común.
Lamentablemente hoy en día es mejor mirar para uno mismo y dejar a los demás ahogarse en su miseria que intentar estar algunos un poco menos bien para que todos podamos estar un poco menos mal.
No soy economista, ni abogado, ni política ni nada que se le parezca, simplemente creo que puede haber una solución directa, nada sencilla y lógica al ritmo de nuestra mala economía.
Hay que ver que cosas se escriben cuando se encuentra uno a un hombre intentando contener las lágrimas en la calle por la marcha de su negocio, y por ende, del de los demás.
Etiquetas: accidente, crónica social, curiosidades, Diarreas mentales, días extraños, fábula, frustraciones, mundo, república bananera, sueños
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