miércoles, 28 de octubre de 2020

Propósitos de post apocalipsis

 Pues nada, que si salimos de esta me dejo greñas, cosa que me va a costar un webo,  aprendo a tocar en condiciones la oFender y me paso al jipismo puro y duro, total, las drogas ya las tomo...

El resto... ya veremos lo que queda.


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lunes, 12 de octubre de 2020

Retratarse

 Supongo que no cabe duda decir que el tema de la pandemia está pasando muchas facturas pero la más desagradable es ver cómo la gente se retrata a sí misma.

Es como si el mero hecho de habernos puesto la máscara, nos ha quitado la careta a todos.

En marzo nadie sabía de qué iba el tema. Todos acojonados. Encerrados en casa por miedo a coger la muerte súbita.

De repente, todo el mundo se convirtió en maravilloso. Aplausos a las 8, canciones de cumpleaños, los héroes de la pandemia...

Hoy, siete meses después, la sociedad entera se ha ido a la mierda. Literal. 

Ya no hay héroes, si no personas desgastadas que, no es que no quieran tratar a la gente, es que no pueden más.

El sistema sanitario está desatendiendo otras enfermedades y cualquiera llega con un simple catarro y amenaza para que lo atiendan o directamente, no te atiende nadie.

La gracia es que todo sigue funcionando. 

Las pequeñas tiendas cierran, las grandes cadenas sobreviven  y esto es un cachondeo de la hostelería.

Me llama profundamente la atención que las asociaciones de hosteleros pidan fondos para paliar la incidencia de la pandemia en sus negocios.

Me llama la atención que se quejen los bares de que así no pueden vivir.

Me llama la atención y me choca, desde el punto de vista de haber sido una pequeña empresa, porque claro está que o trabajas e ingresas, o cierras y te endeudas.

Está claro que nos estamos equivocando en el funcionamiento de las cosas.

Pedir dinero a cambio de unas pérdidas justificadas por una emergencia mundial es algo como surrealista o quizás simplemente el devenir de una economía basada en el consumismo y en el "pide, que algo cae".

Lo que está más claro aun son las prioridades que la gente ha sacado a relucir:

- Preferimos ir de vacaciones y continuar con nuestra vida antes de evitar extender la pandemia.

- Preferimos juzgar a los demás antes de preguntarnos qué estamos haciendo nosotros.

- Preferimos en bien temporal propio antes que la mejora general de la población.

Somos egoístas y eso no lo oculta ninguna máscara, ningún aplauso, ninguna canción a coro desde un confinamiento.

El ser humano es muy triste. 

No merecemos más que lo que tenemos.


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