martes, 28 de julio de 2020

Certezas

No reaccionar.
No es una falta de sentimientos, si no simplemente un cortocircuito. O quizás una simple falta de entrenamiento sentimental.

Esta mañana lloraba desesperada. Se quiere morir.
Lo entiendo perfectamente. La comprendo perfectamente porque en su situación, yo querría lo mismo.

No reaccioné.

No me levanté, no la abracé, no le dije nada. Quizás porque ella nunca me dijo nada ni hizo ninguna de esas cosas conmigo.
No recuerdo un abrazo de madre. No recuerdo palabras de consuelo.

Supongo que es parte del todo, el hecho de sentirse así, del no saber cómo reaccionar.

Supongo que Frida me está enseñando a no ser así, a decirle a alguien que lo quieres, a dar abrazos, a dar besos, a transmitir sentimientos.

Una vez leí que los asperger son expertos en camuflaje social, y sigo preguntándome si no es ese mi caso. Si no será su falta de empatía lo que me condicionó a ser como soy.

Da igual.

No supe reaccionar.
La situación puede cortocircuitar a cualquiera y soy, seré, incapaz de un arrebato de sentimientos de ningún tipo, especialmente si son falsos.
No me lo da. No me sale.

No me saldrá. No me saldrán lágrimas entre una multitud llorosa. No querré recibir las condolencias de nadie porque para mi no será un momento de pena. Será el momento en el que consiguió lo que quería: dejar los dolores a un lado.

Será mala, seré insensible, seré la persona rara de siempre, mientras el resto hace una demostración de expresión de sus sentimientos.

No es que no los tenga. Es que son distintos, se expresan diferente.

Se irá y lo único que me preocupa es que lo haga de una manera más dolorosa de lo que es su propia vida.

Esta mañana, al volver en coche a casa, volví a sentir cómo, al cruzar la vía, un tren arrollaba el coche y salía despedida contra el cristal de la ventanilla.

No fue real. Es la forma en la que mi mente me avisa de que la tristeza está ahí y sale en forma de compañía ya habitual y que parece no querer abandonarme nunca: la depresión.

Tampoco reaccioné. Seguí conduciendo, seguí respirando. Todo segurá igual.

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sábado, 25 de julio de 2020

Crisis de los 40

- Y tú que ya tenías tatuajes, con la crisis de los 40 qué te vas a hacer?

- Obvio: más tatuajes.

Y dejarme el pelo largo, sin teñir, comprarme unas gafas de sol redondas y una Fender... por si nos reconfinan, todo listo. Incluso recuerdo cómo se tocaba.


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sábado, 18 de julio de 2020

Fernweh

Wieder fülhle ich Fernweh.
Warum?
Keine Ahnung.
Nur kann ich sagen, dass das der schlechsteste Schmerz ist, den ich nie gefühl habe.
Es ist das Nichts, wie ein Loch im Herz, was ich nicht auf meinen eigenen Sprache übergehen kann.
Heute fühle ich wieder Wolken über den Kopf.

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Perspectiva

Es curioso cómo funciona el tema de la perspectiva.
Se supone que todo es siempre lo mismo, invariable, pero distinto según quién lo mire, cómo lo mire y desde dónde lo mire.
Supongo que es la historia de siempre, "el nada va a cambiar", e indudablemente nada cambia salvo la persona.
Puedes sujetar una piedra en la mano que siempre será la misma piedra. La miras por arriba, por debajo, de lado, la pintas de verde... y sigue siendo la misma piedra, pero si le preguntas a otro por la piedra que tienes en la mano, te hablará de otra completamente distinta, aunque sea la misma, simple y llanamente porque muestra su visión de algo ajeno. Puede que tú lo hayas reconocido como tu piedra, pero el otro te hablará de otra piedra totalmente desconocida para ti.

Lo mismo es aplicable a los lugares: la primera vez que visitas un sitio, la universidad, el colegio... todo resulta enorme, hasta que años después vuelves y su tamaño ha variado, pero sabes que eso es imposible pues una construcción puede variar arquitectónicamente por motivo de reformas o repintados pero nunca cambiará su tamaño. Aunque tú lo veas más pequeño, sigue siendo el mismo.

Con la gente pasa lo mismo. Ves a una persona, la admiras desde la lejanía o la cercanía, depende se la situación. Te haces una idea y mantienes esa idea hasta que un buen día, vuelves a observarla desde otro punto de vista, tu yo del momento presente, y ves a alguien completamente distinto de a quien tenías en la cabeza.

No tengo claro si somos habitantes de este mundo o es este mundo el que nos habita, pero sí tengo claro que la persona de hoy no es la misma que la de mañana, ya sea por su propio ojo o por el ajeno.

A veces, los recuerdos merecen la pena ser conservados sin variaciones en la perspectiva.

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lunes, 13 de julio de 2020

Dark necessities

Tengo un problema serio de dependencias, o mejor dicho "oscuras necesidades": necesito comprender todo lo que me rodea.

Ver una serie en nihongo con subtitulos en inglés no mola nada. Tengo que mejorar el nivel de nihongo pero ya.





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domingo, 12 de julio de 2020

Miedos

Mi pequeño jabalí me ha dicho hoy que quería contarme un secreto: tiene miedo a la muerte.

Así, de repente.

Es curioso, cuando creces a lo que tienes miedo es al dolor, aun cuando es un signo que demuestra que sigues vivo.

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sábado, 11 de julio de 2020

Manji

De la serie  "queridos irreverentes", está Deadpool y este tío....


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viernes, 10 de julio de 2020

Passenger | Let Her Go (Official Video)

Coldplay - Magic (Official Video)


Acuarela


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El humano tras la máquina

Cuan imperfecta en su perfección es la máquina y cuan perfecto en su imperfección es el humano.

Muchas veces me pregunto cómo será todo el día en que, tras la máquina, no haga falta un humano y las respuestas a las que llego no dejan de sorprenderme: todo será igual.

Cinco meses hace ya que ayudamos a las máquinas a levantarse.
Cinco meses en los que surgen las dudas del no puedo, no sé, no debería... Pero ¿quién puede, sabe o debe?

Nadie. Sólo somos un engranaje más de una máquina imperfecta en su camino a la imperfección.

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jueves, 2 de julio de 2020

Bichos

Pues estoy pensando que el tema de los dinosaurios va a ser cosa de un bichejo, no de un leñazo.
Para prueba: año 2020 y todo el mundo en una pandemia como no se había visto nunca.

Cuéntame algo nuevo.

Pues echo de menos el confinamiento, qué queréis que os diga. Ese silencio perturbador de la calle con todos acojonados en casa fue un momento maravilloso.

Nunca antes vi ni disfruté tanto de los cantos de los pájaros. Más que nada porque en condiciones normales no se escuchan entre el bullicio de la calle.

Es curioso, llega uno a pensar en el virus y se da cuenta de que el verdadero virus somos nosotros, no una enfermedad que aparece de repente y causa estragos entre la población.

Cómo era eso?

Fase 1, negación

No tengo claro haber pasado por ello, será porque vivo en un perpetuo estado de hipocondria en la que la nueva normalidad es mi mundo habitual.

Fase 2, indiferencia
El tema del aislamiento no me supuso ninguna calamidad ni generó crisis ninguna... Será porque ya era asocial antes de esto y simplemente lo vi como una generalización de mis hábitos de "distancia social".

"Fase 3, depresión"
Mira, no puedo. Yo ya voy puesta desde hace muuuuchos años así que ésto como que me da un poquito la risa.

Fase 4, aceptación

¿Aceptar el qué? ¿Que a partir de ahora nada va a ser igual? ¿Que todos por la calle con mascarilla?
 ¿Que es imposible en las películas de sucesos apocalípticos y catastrofes findemundistas, que cuando la peña se quita la máscarilla, no tengan una sudada de tres pares de cojones, vamos, como en la nueva normalidad...

El mundo ha cambiado de repente. Si fuéramos protagonistas de una novela, diría que hemos atravesado una Crisis Seldon para pasar al siguiente estado evolutivo de la sociedad. Vamos, si queda alguien para contarlo...

Mientras se decide el tema, seguiré tocando el ukelele, que si lo afinas bien, no da penita y "eleva el alma" gracias al sonido buenrollista.... Que pro, dios mío.

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