viernes, 25 de noviembre de 2011

Frases para la posteridad...

...que se llegan a repetir mucho si trabajas en casa:

"Estoy haciendo una cosa importante y no me estoy enterando de lo que hago.
¿Podríais ir a tocar los cojones un poquito a otra habitación de la casa?"

Es que no sé si no se enteran o les tira de un webo...

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martes, 22 de noviembre de 2011

Yo también


Paradise, Coldplay

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jueves, 17 de noviembre de 2011

A nuestra manera...

... somos un poquito malignas ;-)

Smile, Lily Allen

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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un poquito Maria Antonieta

Se me ha quedado pequeño el costurero, o más bien los dos cajones que tenía para meter cosas, así que en una excursión al Leroy Merlin me hice con dos cajoneras de las de precio módico.

Las pegué con cola de carpintero de acabado transparente para hacer una especie de torre...

costurero

... y me encontré conque todos los cajones eran pequeños. Error de cálculo: no me entraban las tijeras. Así que hubo que transformar 2 cajones en uno.

Para ello, hay que desarmar con cuidado los laterales enfrentados de dos cajones, mover la tapa de fondo para que encaje correctamente, pegarlos y para darle un poquito más de consistencia meterle algo para que le de estabilidad: una tablilla fina de caja de fruta es perfecta.


costurero

En mi caso, el gato abre cajones así que la misma tablilla fue utilizada para tapar la abertura delantera de los cajones.


Después de pegarlo todo bien, le metí una pintada de color negro sobre la que le di otra mano de dorado a pincel seco. Así se consigue un acabado envejecido.

Sobre ese dorado le di una capa fina de medium para craquelar y sobre ella, sin esperar demasiado, otra de una mezcla de colores acrílicos (base blanca con una gota de amarillo limón y una pizca de rojo).

Se dejó secar hasta el día siguiente y se remarcaron los bordes de las cajoneras con el color dorado, así como las hendiduras de los cajones.

Luego, con paciencia y un cabreo considerable, con colores acrílicos pinté las flores, sobre las que habrá que dar una capa de laca de protección y me da que le voy a meter otra de barniz incoloro. A ver si no la lío.

Las flores... hacía la tira que no las pintaba y me ha costado un riñón y medio y no me acabó de convencer demasiado el resultado hasta que decidí "pintar lo que saliera" y dejar de seguir los pasos del libro.

Quedó tal que así:

costurero


costurero


costurero
costurero

costurero


Le falta forrar por dentro los cajones, unas minipatitas y unos pequeños tiradores para poder abrir mejor los cajones.

Es... un poquito Maria Antonieta :-)

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martes, 8 de noviembre de 2011

Wellcome to the modern times!


A Long Time, Mayer Hawthorn


Me encanta :-)

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sábado, 5 de noviembre de 2011

Así me siento hoy


Merry Christmas Mr. Lawrence, Ryuichi Sakamoto

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Salas de espera

Me tiene asustada el mundo.
Tiene cosas que te sorprenden y otras que te acojonan.

Durante mucho tiempo pensé que era cosa mía, que era un poco "cigua" porque me encontraba con todo lo peor en mi camino pero viendo lo que hay por ahí, las historias que te cuenta la gente cercana y las que ves cuando levantas un poco la vista, se llega a la conclusión de que no es así, que a todo el mundo le pasa lo mismo.

O al menos a todo el mundo medianamente normal.

El otro día en la sala de espera del hospital escuché una de esas "conversaciones robadas" en la que una mujer le contaba su vida a otra.

En plena conversación una le iba relatando a otra tooodos los pormenores de la vida marital de su hija hasta el momento actual, pasando por el haber tenido un crío.

Lo más gracioso de todo es que la mujer se quejaba de que la hija no quería su ayuda con el crío, el cuidado de la casa y todo lo demás, pero no pasaba nada: "ya se enteraría cuando le pidiera ayuda".

Automáticamente me vinieron a la cabeza conversaciones e historias vistas desde la otra parte: el agobio de vivir en pareja y tener a una madre/suegra/familiar cercano todo el puto día metido en casa, lo cual empeora cuando se tiene descendencia porque parece ser que se vuelven aun más omnipresentes si caben.

¿No se darán cuenta de lo difícil que es llevar una casa, mantener una relación de pareja, trabajar e intentar criar a un hijo, que además tiene que añadir un problema más a todo esto metiéndosete en casa e intentando gobernar tu vida?

Parece que los años borran los recuerdos o los vuelven objeto de alguna extraña venganza porque por más que lo pienso, no consigo concebir el motivo por el que la gente actúa de esta manera.

Y cuando están todo el puto día tocándote a la puerta -y los cojones por ende-, lo peor es ese sentimiento de culpa que te asaltaría si dijeras algo tan sencillo como: "Por favor, tengo mucho que hacer y no puedo contemplaros aquí todo el día".

Seré gilipollas...

Creo que como algún día tenga un churumbel, primero contrataré un programa de "exterminio familiar" o a lo mejor incluso lo hago antes.

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